sábado, 26 de agosto de 2023

TOA - 27vo. Domingo - El Reino es de todos - Mt 21, 33-43

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Lecturas en lenguaje Latinoamericano del 27º Domingo TO, Ciclo A
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Isaías 5, 1-7: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel
Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña.
Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar.
Y esperó que diese uvas, pero dio racimos amargos.

Pues ahora, habitantes de Jerusalén,
hombres de Judá, por favor, sean jueces entre mí y mi viña.
¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho?
¿Por qué, esperando que diera uvas, dio racimos amargos? Pues ahora
les diré a ustedes lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla
para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la pisoteen.
La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán,
crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.

La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tienen: asesinatos; esperó justicia, y ahí tienen: lamentos.
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Salmo responsorial 79: La viña del Señor es la casa de Israel.

Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el Gran Río.
R./ La viña del Señor es la casa de Israel.

¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?.
R./ La viña del Señor es la casa de Israel

Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo,
fíjate, ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa.
R./ La viña del Señor es la casa de Israel.

No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios de los ejércitos,
restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
R./ La viña del Señor es la casa de Israel.
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Filipenses 4, 6-9. Pongan esto por obra, y el Dios de la paz estará con ustedes.
Hermanos:
Nada les preocupe;
sino que, en toda ocasión,
en la oración y súplica con acción de gracias,
sus peticiones sean presentadas a Dios.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio,
custodiará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos,
todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable,
todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta.
Y lo que aprendieron, recibieron, oyeron y vieron en mí,
pónganlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con ustedes.


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Mateo 21, 33-43. Arrendará la viña a otros labradores
En aquel tiempo,
dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo:

"Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó una viña,
la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre
para vigilarla, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.

Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían.
Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno,
mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.

Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: vengan, lo matamos y nos quedamos con su herencia."
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.

Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"
Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos."

Y Jesús les dice:
¿No han leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?

Por eso les digo que se les quitará a ustedes el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos."
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Reflexión para el 27º Domingo de tiempo ordinario, Ciclo TOA
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Is 5, 1-7: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel
Salmo responsorial 79: La viña del Señor es la casa de Israel
Fil 4, 6-9: Pon esto por obra, y el Dios de la paz estará con ustedes
Mt 21, 33-43: Arrendará la viña a otros labradores

Los profetas mantuvieron siempre una actitud crítica frente al poder injusto,
y esto lo hacían viviendo en medio del pueblo, no en los palacios.
Sin temor a que le digan coplero amoroso y para comunicar con eficacia su mensaje,
Isaías no duda en usar una vieja canción romántica sobre una viña.
No teme que digan que al usar esa "balada romántica",
su prédica no está a la altura requerida por su audiencia.
Lo que le importa es advertir al decadente reino de Judá de los peligros
de una política interna basada en el inmediatismo, el autoritarismo y la represión.

La maestría de su accesible y a la vez profundo, vital y comprometido «servicio de la palabra»
se refleja en la “Canción de la viña”,
este pequeño relato poético de nuestra primera lectura, es un hermoso canto de amor
que habla de las relaciones de amor de Dios con su pueblo
y con toda la humanidad que lo busca y lo ama.

San Pablo nos recuerda en Filipenses 4, 8-9
que junto con el Evangelio y la doctrina de la Iglesia, la moral cristiana y el cristiano pueden encontrar luz en muchas partes, que ayudarán a enriquecer nuestra ética y nuestra moral.

Lo religioso e inter-religioso de otras culturas
tienen elementos universales desarrollados en distintas épocas,
con variedad cultural, sabiduría profunda, vivencias religiosas e inteligencia espiritual.

Las experiencias de los pueblos se desarrollaron y compartieron para el bien de todo ser humano. Son valores, sentimientos, reflexiones, textos, métodos de oración, prácticas de meditación que pueden ayudarnos a profundizar nuestra identidad Católica; pero hay que estar atento a sus desviaciones y a usarlos bien para no caer en un sincretismo peligroso y prohibido.

Jesús se vale del mismo tema de la viña
para expresar su mensaje ante los grupos fanáticos
que consideraban que la salvación de Israel era la única meta de la historia.
Él cuestionó con dureza ese modo pensar excluyente y superficial,
por eso, muchos líderes sectarios consideraban que Jesús una amenaza.

Jesús decía que el Reino de Dios estaba abierto a todas las personas de buena voluntad que tengan como su valor principal el Amor y la Justicia. Como dice la hermosa canción litúrgica de Miguel Manzano (el salmo 71), el Reino es «Vida, Verdad, Justicia, Paz, Gratuidad, Amor». A Jesús no le importan las diferencias raciales, de género o de cualquier otro tipo: todas las personas “de buena voluntad” dispuestas a vivir la solidaridad fraterna, están invitadas.
Jesús lo propuso como un ideal y lo realizó en su práctica.

Por actuar y de pensar así se metió en conflictos agudos y profundos con los grupos religiosos y políticos de su tiempo, hasta con sus propios discípulos.
Para los judíos ortodoxos, la apertura del Reino de Dios a los extranjeros, enfermos y pecadores era impensable. Ellos sostenían que fuera de Israel y de su religión
no había salvación para nadie. Se sentían “propietarios” del Reino de Dios.
Jesús los desafía abiertamente, y con la parábola de la viña les muestra que cerrando el Reino a los demás se pierde la salvación.
El Maestro Galileo se burla de las seguridades privadas de los judíos ortodoxos.
Quiere hacerles entender de manera clara pero simple, que Dios abre el Reino a las comunidades que viven el amor y la justicia.

El Reino no es propiedad privada de nadie ni de ningún grupo particular. Nadie lo tiene asegurado por ser de una raza o religión concreta. Les recuerda el Salmo 118, donde el rechazado se es el verdadero y legítimo heredero. 

El ministerio de Jesús es un total compromiso con la vida. Sus acciones y palabras convocan a todos a compartir la vida construyendo el Reino.
Nos pide: acoger a los excluidos, abrir con la utopía de Dios nuevos horizontes de esperanza en el corazón de los pobres. Jesús manifiesta la voluntad del Padre que lo envía para que sus hijos e hijas “tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10); invita a celebrar el retorno de quien “estaba muerto y ha vuelto a la vida” (Lc 15, 32).

Con sus denuncias, Jesús, el mensajero del Dios de la Vida, no quiere que el ser humano viva torturado por experiencias de muerte. Pablo nos recuerda que: “estando atentos a todo lo que veamos verdadero, noble, justo, limpio… y poniéndolo en práctica” nuestra vida y ministerio serán confesión y testimonio de nuestra fe en el Dios “que ama la vida” (Sab 11,26). Como seguidores de Jesús sabemos que esta vida se goza en plenitud cuando está al total servicio del Reino (Mt 10,39).

Aprendamos que ser buen pastor es cuidar el rebaño, dar la vida por los hermanos y las hermanas (Jn 10,11);
así prolongamos la mejor tradición cristiana, confiados en la intercesión de nuestros hermanos y hermanas mártires.
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Oración


Dios, Padre nuestro,
desde el comienzo de los tiempos nos has manifestado tu amor.


Día a día cuidas de todos y cada uno de nosotros como un viñador amoroso.


Guía nuestros pasos y enséñanos a serte agradecidos.


Haz que nuestra gratitud sea de palabras y obras de «derecho y justicia»,
en favor de todos y de todas,

pero especialmente de los sufren privados de sus derechos. Por Jesucristo.
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