sábado, 26 de agosto de 2023

TOA - 27vo. Domingo - El Reino es de todos - Mt 21, 33-43

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Lecturas en lenguaje Latinoamericano del 27º Domingo TO, Ciclo A
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Isaías 5, 1-7: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel
Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña.
Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar.
Y esperó que diese uvas, pero dio racimos amargos.

Pues ahora, habitantes de Jerusalén,
hombres de Judá, por favor, sean jueces entre mí y mi viña.
¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho?
¿Por qué, esperando que diera uvas, dio racimos amargos? Pues ahora
les diré a ustedes lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla
para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la pisoteen.
La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán,
crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.

La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tienen: asesinatos; esperó justicia, y ahí tienen: lamentos.
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Salmo responsorial 79: La viña del Señor es la casa de Israel.

Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el Gran Río.
R./ La viña del Señor es la casa de Israel.

¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?.
R./ La viña del Señor es la casa de Israel

Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo,
fíjate, ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa.
R./ La viña del Señor es la casa de Israel.

No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios de los ejércitos,
restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
R./ La viña del Señor es la casa de Israel.
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Filipenses 4, 6-9. Pongan esto por obra, y el Dios de la paz estará con ustedes.
Hermanos:
Nada les preocupe;
sino que, en toda ocasión,
en la oración y súplica con acción de gracias,
sus peticiones sean presentadas a Dios.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio,
custodiará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos,
todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable,
todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta.
Y lo que aprendieron, recibieron, oyeron y vieron en mí,
pónganlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con ustedes.


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Mateo 21, 33-43. Arrendará la viña a otros labradores
En aquel tiempo,
dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo:

"Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó una viña,
la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre
para vigilarla, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.

Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían.
Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno,
mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.

Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: vengan, lo matamos y nos quedamos con su herencia."
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.

Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"
Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos."

Y Jesús les dice:
¿No han leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?

Por eso les digo que se les quitará a ustedes el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos."
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Reflexión para el 27º Domingo de tiempo ordinario, Ciclo TOA
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Is 5, 1-7: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel
Salmo responsorial 79: La viña del Señor es la casa de Israel
Fil 4, 6-9: Pon esto por obra, y el Dios de la paz estará con ustedes
Mt 21, 33-43: Arrendará la viña a otros labradores

Los profetas mantuvieron siempre una actitud crítica frente al poder injusto,
y esto lo hacían viviendo en medio del pueblo, no en los palacios.
Sin temor a que le digan coplero amoroso y para comunicar con eficacia su mensaje,
Isaías no duda en usar una vieja canción romántica sobre una viña.
No teme que digan que al usar esa "balada romántica",
su prédica no está a la altura requerida por su audiencia.
Lo que le importa es advertir al decadente reino de Judá de los peligros
de una política interna basada en el inmediatismo, el autoritarismo y la represión.

La maestría de su accesible y a la vez profundo, vital y comprometido «servicio de la palabra»
se refleja en la “Canción de la viña”,
este pequeño relato poético de nuestra primera lectura, es un hermoso canto de amor
que habla de las relaciones de amor de Dios con su pueblo
y con toda la humanidad que lo busca y lo ama.

San Pablo nos recuerda en Filipenses 4, 8-9
que junto con el Evangelio y la doctrina de la Iglesia, la moral cristiana y el cristiano pueden encontrar luz en muchas partes, que ayudarán a enriquecer nuestra ética y nuestra moral.

Lo religioso e inter-religioso de otras culturas
tienen elementos universales desarrollados en distintas épocas,
con variedad cultural, sabiduría profunda, vivencias religiosas e inteligencia espiritual.

Las experiencias de los pueblos se desarrollaron y compartieron para el bien de todo ser humano. Son valores, sentimientos, reflexiones, textos, métodos de oración, prácticas de meditación que pueden ayudarnos a profundizar nuestra identidad Católica; pero hay que estar atento a sus desviaciones y a usarlos bien para no caer en un sincretismo peligroso y prohibido.

Jesús se vale del mismo tema de la viña
para expresar su mensaje ante los grupos fanáticos
que consideraban que la salvación de Israel era la única meta de la historia.
Él cuestionó con dureza ese modo pensar excluyente y superficial,
por eso, muchos líderes sectarios consideraban que Jesús una amenaza.

Jesús decía que el Reino de Dios estaba abierto a todas las personas de buena voluntad que tengan como su valor principal el Amor y la Justicia. Como dice la hermosa canción litúrgica de Miguel Manzano (el salmo 71), el Reino es «Vida, Verdad, Justicia, Paz, Gratuidad, Amor». A Jesús no le importan las diferencias raciales, de género o de cualquier otro tipo: todas las personas “de buena voluntad” dispuestas a vivir la solidaridad fraterna, están invitadas.
Jesús lo propuso como un ideal y lo realizó en su práctica.

Por actuar y de pensar así se metió en conflictos agudos y profundos con los grupos religiosos y políticos de su tiempo, hasta con sus propios discípulos.
Para los judíos ortodoxos, la apertura del Reino de Dios a los extranjeros, enfermos y pecadores era impensable. Ellos sostenían que fuera de Israel y de su religión
no había salvación para nadie. Se sentían “propietarios” del Reino de Dios.
Jesús los desafía abiertamente, y con la parábola de la viña les muestra que cerrando el Reino a los demás se pierde la salvación.
El Maestro Galileo se burla de las seguridades privadas de los judíos ortodoxos.
Quiere hacerles entender de manera clara pero simple, que Dios abre el Reino a las comunidades que viven el amor y la justicia.

El Reino no es propiedad privada de nadie ni de ningún grupo particular. Nadie lo tiene asegurado por ser de una raza o religión concreta. Les recuerda el Salmo 118, donde el rechazado se es el verdadero y legítimo heredero. 

El ministerio de Jesús es un total compromiso con la vida. Sus acciones y palabras convocan a todos a compartir la vida construyendo el Reino.
Nos pide: acoger a los excluidos, abrir con la utopía de Dios nuevos horizontes de esperanza en el corazón de los pobres. Jesús manifiesta la voluntad del Padre que lo envía para que sus hijos e hijas “tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10); invita a celebrar el retorno de quien “estaba muerto y ha vuelto a la vida” (Lc 15, 32).

Con sus denuncias, Jesús, el mensajero del Dios de la Vida, no quiere que el ser humano viva torturado por experiencias de muerte. Pablo nos recuerda que: “estando atentos a todo lo que veamos verdadero, noble, justo, limpio… y poniéndolo en práctica” nuestra vida y ministerio serán confesión y testimonio de nuestra fe en el Dios “que ama la vida” (Sab 11,26). Como seguidores de Jesús sabemos que esta vida se goza en plenitud cuando está al total servicio del Reino (Mt 10,39).

Aprendamos que ser buen pastor es cuidar el rebaño, dar la vida por los hermanos y las hermanas (Jn 10,11);
así prolongamos la mejor tradición cristiana, confiados en la intercesión de nuestros hermanos y hermanas mártires.
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Oración


Dios, Padre nuestro,
desde el comienzo de los tiempos nos has manifestado tu amor.


Día a día cuidas de todos y cada uno de nosotros como un viñador amoroso.


Guía nuestros pasos y enséñanos a serte agradecidos.


Haz que nuestra gratitud sea de palabras y obras de «derecho y justicia»,
en favor de todos y de todas,

pero especialmente de los sufren privados de sus derechos. Por Jesucristo.
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TOA - 26vo. Domingo - Llamados a la vida - Mt 21, 28-32

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Lecturas Bíblicas en lenguaje Latinoamericano / 26º domingo de tiempo ordinario / TOA
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*Ezequiel 18,25-28:
Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida
Así dice el Señor:
"Comentan: "No es justo el proceder del Señor."
Escucha, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?,
¿o no es su proceder el que es injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia,
comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo
y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida.
Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos,
ciertamente vivirá y no morirá."
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Salmo responsorial 24: R/.  Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.
R/.  Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.
R/.  Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
R/.  Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
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Filipenses 2,1-11: Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús
Hermanos: Si quieren darme el consuelo de Cristo y aliviarme con su amor,
si nos une el mismo Espíritu y tienen entrañas compasivas, denme esta gran alegría: manténganse unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obren por rivalidad ni por ostentación, déjense guiar por la humildad
y consideren siempre superiores a los demás.
No se encierren en sus intereses, sino busquen todo el interés de los demás.
Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús.

[Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre";
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra,
en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.]
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Mateo 21,28-32: Recapacitó y fue
En aquel tiempo,
dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
"¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos.
Se acerco al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.
" Él le contestó: "No quiero."
Pero después recapacitó y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo.
Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero."
Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas
les llevan la delantera en el camino del reino de Dios.
Porque vino Juan a ustedes
enseñándoles el camino de la justicia, y no le creyeron;
en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron.
Y, aun después de ver esto, ustedes no recapacitaron ni le creyeron."
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Reflexión del 26º domingo de tiempo ordinario, TOA

Ez 18,25-28: Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida
Salmo responsorial 24: Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna
Flp 2,1-11: Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús
Mt 21,28-32: Recapacitó y fue.
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Luego de la primera deportación en el año 597 a.e.c. la situación era muy difícil, los líderes del pueblo fueron llevados a tierras extranjeras y vivían en condiciones muy precarias. Nuevamente, Israel vive entre intrigas y conspiraciones, Jerusalén se vivía una situación muy volátil. En medio de la difícil situación frente al peligro de la nueva invasion babilonia, el profeta Ezequiel denuncia esas maldades y tuvo razón. La nueva invasion del 587 a.e.c. fue más gravosa y cruel debido en parte a la manipulación del patriotismo Judío, falta de discernimiento, y el oportunismo de sus nuevos lideres que los puso a merced de la nueva y devastadora potencia Babilonia. Ezequiel llama a la cordura y buen juicio en esa confusa y oscura situación, pero muy pocos hacen caso; menos las autoridades del Templo con su falsa consciencia religiosa y los altos funcionarios de la corte. Ellos se sentían propietarios de la salvación y actuaban más allá del ‘bien y del mal’. A quienes en nombre del bien de la patria cometían crímenes e injusticias, Ezequiel pide humildad, honestidad y servir al pueblo con justicia porque las injusticias contradicen la base jurídica y ética de la alianza de Yahvé con su pueblo. Llamarse justo, mientras comenten maldades es un engaño inútil. El bien consiste en el respeto del derecho y en la práctica de la justicia.

Pablo reflexiona con agudeza sobre esa realidad en su comunidad cristiana. Aún con sus buenas intenciones, los creyentes están más expuestos a la falsa conciencia religiosa que los hace considerarse superiores a los demás o definitivamente salvados. Lo único que determina lo auténtico de las prácticas cristianas son las ‘entrañas de misericordia’, el amor incondicional por las personas excluidas y víctimas de la opresión y la miseria. Para Pablo, los cristianos no deben examiner sus actos solo a la luz de criterios piadosos, sino a la luz de la práctica de Jesús que actuó siempre con entrañas de misericordia. Pablo propone las pautas de discernimiento que  permiten evaluar nuestras prácticas diarias a la luz del amor misericordioso y del servicio solidario.

En la parábola que hoy,
Jesús denuncia esa falsa conciencia religiosa.
La viña es la realidad del mundo con trabajo arduo y urgente.
Allí envía el Padre a sus dos hijos que responden de manera ambigua. Sólo el compromiso del que inicialmente se negó
a trabajar nos ayuda a descubrir quién actúo con coherencia.
Jesús denuncia a esos dirigentes y a todos los que
públicamente se compromete a servir al Señor,
pero son incapaces de obrar de acuerdo con sus palabras.
Aquellos que aunque parecen negarse al servicio,
terminan dando lo mejor de sí en la transformación de la viña.
José Martí, gran precursor de la independencia de Cuba, decía:
«Hay momentos, en los que la única manera de decir es hacer».

La parábola de Jesús muestra que los considerados pecadores por el aparato religioso, en realidad eran los únicos atentos a la voz de Dios.
Su conversión era una señal profética para atraer a todos al camino del bien; pero cada sistema religioso organiza sus valores en escalas jerárquicas donde importa más la posición que la propia conciencia. La conversión no es solemne proclama o largos ejercicios piadosos, es respuesta discernida al llamado urgente a la justicia. Con sus palabras, Jesús toca la sensibilidad religiosa de sus paisanos que se sentían auténticos seguidores de Yavé e inigualables hombres de fe, ubicados muy lejos del testimonio de “esas”  gentes consideradas una asquerosa lacra social: las prostitutas y los publicanos. Jesús ridiculiza las valoraciones del sistema religioso.
Muestra con los hechos
que ni siquiera la presencia de un profeta tan grande como Juan Bautista pudo transformar las conciencias estancadas y estériles de los que se consideran salvados solo por el alto cargo que ejercen en el aparato religioso.  Los que se sienten salvados,
son incapaces de cambiar su manera de pensar y abrirse a la acción de Dios.
Pecan con su falsa conciencia religiosa al  considerarse salvados por sus propios méritos y no por la gracia de Dios.
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Oración

ODios misericordioso y tierno,
Tú nos muestras en todas las grandes religiones
la necesidad de la coherencia de las palabras y los hechos;
Danos fuerza para purificar nuestros corazones y fortalecer nuestra voluntad.
Que tu palabra entre en nuestras vidas
para ayudarnos 
a cumplir nuestras promesas. 
Que podamos actuar con la afinidad entre el decir y el hacer,
tal y como lo hizo y nos enseñó a hacer Jesús, nuestro hermano mayor,
Él que vive y te ama siempre. ¡Amén!

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Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
Cristo, siendo Dios
no consideró que debía aferrarse
a las prerrogativas de su condición divina,
sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo,
tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo
y por obediencia aceptó incluso la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas
y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre,
para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos,
y todos reconozcan públicamente 

que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.


Notas: 
1. Ezequiel es a la vez el nombre del profeta del siglo VI aC y el título del libro que registra su predicación. El nombre de Ezequiel (Hb. Yekhezqe'l) significa "Dios fortalece" o "Que Dios fortalezca,". Este es un nombre apropiado para un profeta llamado a proclamar un mensaje inflexible de juicio y más tarde un mensaje de una restauración por el amor de Dios, no de Israel. Ezequiel vivió su carrera profética en la comunidad de judíos exiliados en Babilonia. Pertenecía a la clase sacerdotal y se casó, pero es dudoso que haya tenido hijos. 
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Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

Therese Martin (1873-1897) de Lisieux, Normandía, era una monja carmelita, popularmente conocida como "La pequeña flor" o como "Santa Teresita de Lisieux". Ingresó en las Carmelitas Descalzas en 1888 a la edad de 15 años, uniéndose a sus dos hermanas mayores en esa comunidad enclaustrada. Después de algunos años como asistente de maestra novicia, y después de haber luchado con la noche oscura de la fe, murió de tuberculosis, con tan solo 24 años. Su autobiografía espiritual La historia del alma apareció poco después de su muerte y tuvo un impacto inmediato bajo el título "El pequeño  Camino". Debido a su intensa oración por los misioneros, fue declarada co-patrona de las misiones en 1927, y en 1997 fue declarada Doctora de la Iglesia. Sus padres fueron canonizados como santos por el Papa Francisco, en octubre de 2015.

TOA - 25vo. Domingo - La Imagen completa de Dios - Mt 20, 1-16

Is 55, 6-9: Mis planes no son sus planes
Salmo responsorial 144: Cerca está el Señor de los que lo invocan
Fil 1, 20c-24.27ª: Para mí la vida es Cristo
Mt 20, 1-16: ¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?

El núcleo de la parábola del Evangelio de hoy está precedido en la palabra de Dios a Isaías: "Mis pensamientos no son sus pensamientos."

Por mucho que podamos, es imposible justificar el pago de los trabajadores en la viña en términos sociales ordinarios. No se puede decir que sea justo. Sí, es verdad que el dueño de la viña es generoso con los últimos, pero nos preguntamos ¿por qué nó con los otros?

La respuesta es que, cuando encontramos la felicidad gracias a nuestra relación con Dios, simplemente que no hay recuento de los desiertos que tuvimos que atravezar. En tiempos de nuestro Señor, el judaísmo había alcanzado un estado legalista, y la mentalidad era predominante que la salvación podía y debía ser ganada, habían muchos mandamientos que debían cumplirse. La gente se dividía en dos clases: los justos que estaban en el camino de la salvación cumpliendo los mandamientos, y los injustos, desterrados despreciados por los que guardaban la ley.

Fue esta concepción invierte y ganarás el favor de Dios a la que Jesús se opuso: Jesús puso su énfasis en el amor, porque en el amor no hay cuanto haces o produces sino cuanto das, no hay derechos rígidos ni obligaciones que otros no cumplen; sólo hay donación abierta, sin contar el costo, y también una recepción agradecida. Nunca pensemos que hemos ganado nuestra salvación, o algo de Dios, sólo podemos pararnos suplicante ante él.

Debemos sí darnos cuenta que tenemos mucho que agradecerle.
En lugar de pensar en todas las cosas que salieron mal o en cualquier factor negativo, miremos y veamos cómo hemos sido verdaderamente bendecidos en nuestras vida.

Externemos y vocalicemos nuestras bendiciones. Vivamos cada uno de nuestros días en el espíritu de gratitud por la vida que hemos vivido y el camino que hemos recorrido y que Jesús lo ha hecho a nuestro lado.

Cuando nombramos y escribimos las cosas buenas que hemos recibido y hoy disfrutamos, abrimos nuestros ojos más y más a la verdad de las cosas buenas que Dios ha puesto en mi vida.

Eso deben haber sentido los últimos trabajadores en el viñedo, ellos han ganado lo que el dueño les dió en su generosidad. El error de sus compañeros envidiosos es pensar que pueden ser merecedores y dueños de la bondad del dueño de la viña.

Los cristianos devotos pueden encontrar difícil aceptar y de tragar el hecho de que un penitente en lecho de muerte pueda ser admitido en el reino de los Cielos más fácil que aquellos que han luchado y han sufrido toda su vida por lo que es correcto.

Esto presupone una actitud comercial o contable de recompensa y castigos de Dios, y se olvidan de la naturaleza del amor, del cual Dios es el Dueño absoluto.

La relación correcta del creyente con Dios es una de amor personal, y ésa  es su propia recompensa, pues esa relación trae su propia felicidad también en esta vida. Cuanto mayor es la lucha, un cristiano se vuelve a Dios con mayor razón y encuentra consuelo en la seguridad de su amor.

Por otra parte, la fidelidad a través la lo largo de la vida, tiene también su ventaja, sobre aquellos que lo hacen al último momento, porque la relación de amor se ha profundizado a lo largo de los años de su vida cristiana en su Iglesia Católica donde ha seguido fielmente a Cristo. Este creyente ha adquirido más capacidad para el pleno disfrute de la compañía de Dios que uno que llega a conocer a Dios sólo en el último momento de su vida.

Aquí no es cuestión de que Dios dé una mayor o menor recompensa, sino de que la persona sea más capaz de recibir lo que él le da. Pablo da un ejemplo brillante de esta profunda y gratificante relación con Jesucristo. Cuando escribe desde una celda de prisión estrecha, parece lleno de la alegría porque está con Cristo. Su vida ya está unida a la vida de Cristo, y anhela la realización de su unión final.

La parábola de los trabajadores del viñedo no es un modelo de cómo deberían ser las relaciones laborales, sino que ilustra la enseñanza de Jesús sobre la imagen completa de Dios: generoso con su gracia y su misericordia. Como dice el Papa Francisco con elocuencia en "El gozo del Evangelio" (§ 114): "La Iglesia debe ser un lugar de misericordia libremente dado, donde todos puedan sentirse acogidos, amados, perdonados y animados a vivir la buena vida del Evangelio".
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Lecturas Bíblicas en Lenguaje Latinoamericano, Domingo 25, - TOA
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Primera lectura: Is 55, 6-9 
Vayan al Señor en oración; 
porque nunca ignora la oración de los humildes
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar,
invóquenlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino,
y el criminal sus planes;
que regrese al Señor,
y él tendrá piedad;
a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes,
sus caminos no son mis caminos, dice el Señor.
Porque así como aventajan los cielos a la tierra,
así aventajan mis caminos a los de ustedes
y mis pensamientos a sus pensamientos''.
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Salmo Responsorial: Salmo 144, 2-3. 8-9. 17-18 / R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.
Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable.
R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar.
Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.
R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras.
No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.
R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
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Segunda lectura: Fil 1, 20-24. 27 Aunque Pablo anhela llegar al cielo, vivirá esta vida mortal mientras Dios lo quiera
Hermanos: Ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte, Cristo será glorificado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar todavía con fruto, no sabría yo qué elegir.

Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes. Por lo que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.
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Aclamación antes del Evangelio: Hechos 16, 14
R.
 Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
R. Aleluya.
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Evangelio: Mt 20, 1-16 "Como a los obreros de la viña; Dios acoge a todos en su reino"
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que estaban en la plaza y les dijo: '¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?' Ellos le respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Él les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.

Al atardecer, el dueño de la viña dijo a su administrador: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: 'Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor'.

Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?'

De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos''.
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Reflexion II

Isaías nos recuerda que Dios es la fuente máxima del conocimiento espiritual y nos manda
a buscarle sin demora, para hallar la felicidad duradera antes que nuestro tiempo sea muy tarde.

Isaías esboza la doctrina del arrepentimiento: El perdón y la misericordia del Señor
se actualizan cada vez que el pecador se arrepiente, cuando abandona los malos pensamientos,
corrige sus malas acciones y camina los caminos de Yahvé y acepta su plan de salvación.

El camino del malvado se opone a los caminos del Señor. Los pensamientos y los caminos del Señor
son más altos que los del hombre mundano y para éste son incomprensibles.

Yahvé es Clemente y misericordioso y siempre está dispuesto al perdón,
sus planes son consuelo para su pueblo desterrado, y aunque el pueblo es infiel a la alianza,
Dios permanece siempre fiel, Yahvé no abandona a su pueblo.

Pablo, prisionero por Cristo, presiente que sus días ya llegan a su fin y plantea a los Filipenses una seria disyuntiva: o va a morir para estar con Cristo o se queda con ellos y les ayuda en sus dificultades. Perseguido, calumniado, encarcelado, azotado y despreciado vivió en su carne la pasión de su Señor.

Fiel a su predicación y su esfuerzo por vivir el evangelio de Jesús, sabe que tanto su vida como su muerte están en función de Cristo, que debe correr la misma suerte que su maestro para participar de la gloria de la resurrección. Si vive es para seguir anunciando el evangelio, si muere es para entrar en la plena comunión de los justificados por El. Confía y cree que todo va a estar bien, a pesar de la fragilidad de la comunidad donde el ambiente cultural y religioso de las colonias del Imperio amenaza fuertemente su fe.

El modo de actuar de Dios contrario a nuestra mentalidad utilitarista se refleja en la parábola de los trabajadores descontentos con la paga. La parábola responde a la controversia de Jesús con las autoridades judías que cuestionan su relación con personas de dudosa reputación como publicanos, pecadores, enfermos, niños, paganos y mujeres; "esos" considerados impuros y excluidos del círculo de santidad. En la comunidad Mateana se vive el conflicto entre los judeo cristianos y paganos cristianos que forman la misma comunidad. No era posible que los recién conversos tengan el mismo trato que los que han pertenecido desde tiempos antiguos al pueblo elegido. El encuentro entre judaísmo y cristianismo en una misma comunidad fue complicado. Eso lo vemos también en otros escritos del nuevo testamento.

En la parábola, el propietario representa a los terratenientes que con trampas económicas quitaron las tierras a los campesinos. Los desocupados lo habían perdido todo y se alquilaban por cualquier cosa para vivir. Había trabajadores fijos a quienes el propietario siempre los contrataba, y finalmente estaban los que aparecían a última hora. La clave de la parábola no es la actitud equitativa del patrón, que podía pagar como quisiera. Lo que llama la atención es que haya preferido a los que no eran sus trabajadores (los de la última hora) sobre los que sí lo eran (los de la primera hora).

En tiempos de Jesús y de las primeras comunidades, el sistema religioso centraba sus prácticas en el mérito y la paga. La salvación era parte de un mercado de compra y venta. Jesús cuestiona esta mentalidad tan dañina para el pueblo. La salvación es don gratuito de Dios, y la gracia es producto del amor misericordioso. Dios no usa nuestros esquemas interesados y lucrativos, para Dios, los primeros y los últimos son objeto de su inmenso amor y misericordia que supera nuestro espíritu de competencia y codicia, de complejo de superioridad que no tiene ninguna justificación.

La gracia y la misericordia de Dios se oponen a la mentalidad religiosa de la teología del mérito de los religiosos Judíos. Jesús trae y predica la teología de la gracia donde la salvación no se alcanza solo por méritos propios sino por la misericordia de Dios que nos la concede a pesar de no merecerla. Aceptar en profundidad el mensaje evangélico de que «los primeros serán los últimos», exige un cambio de mentalidad a fondo. Hay que incluir el pluralismo religioso y el diálogo intercultural como esos grandes desafíos que descubrimos cuando nos abrimos a la «gratuidad de Dios» que la parábola del evangelio de hoy vuelve a poner delante.
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Lecturas en Lenguaje Latinoamericano - 25º Domingo, TOA – San Mateo, apóstol y evangelista
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Isaías 55,6-9: Mis planes no son sus planes
Busquen al Señor mientras se le encuentra, invóquenlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos -oráculo del Señor-.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los suyos, mis planes, que sus planes.

Salmo responsorial 144: R:/ Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza.
R:/ Cerca está el Señor de los que lo invocan.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas.
R:/ Cerca está el Señor de los que lo invocan.

El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
R:/ Cerca está el Señor de los que lo invocan.
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Filipenses 1, 20c-24.27ª. Para mí la vida es Cristo
Hermanos: Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte.
Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir.
Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo,
que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para ustedes.
Lo importante es que ustedes lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.
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Mateo 20,1-16. ¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña.
Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
"Vayan también ustedes a mi viña, y les pagaré lo debido.
" Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.

Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados,
y les dijo: "¿Cómo es que están aquí el día entero sin trabajar?"
Le respondieron: "Nadie nos ha contratado."
Él les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña." 

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." 
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.

Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más,
pero ellos también recibieron un denario cada uno.

Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora,
y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno."

Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia.
¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti.
¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos?
¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?"

Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos."
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Oremos:
Dios, Padre nuestro, que has puesto la plenitud de la Ley en el Amor a Ti y al prójimo;
concédenos conocer, amar y cumplir tu voluntad para que tu Reino esté más presente cada día.
Ayúdanos a hacer de Él una palpable realidad en medio de nuestro mundo. Por Jesucristo. 
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TOA - 24vo. Domingo - Dejando atrás el pasado - Mt 18, 21-35


Muchas de las treinta guerras que hoy se han desatado en el mundo, ninguna era por la defensa contra agresores extranjeros, la mayoría de los que peleaban eran compatriotas, separados sólo por su religión.
Esas guerras durarán mientras nos neguemos a perdonar.

Jonathan Swift, decía con ironía: "Tenemos suficiente religión para hacernos odiar, pero no lo suficiente para hacernos amarnos unos a otros."

La sabiduría popular nos dice que hay que dejar atrás las cosas que pertenecen allí para poder avanzar. En muchos casos son experiencias que nos causaron dolor y nos ha convertido en personas resentidas con algo o alguien, aún aunque la persona ya haya fallecido.

En otros casos, puede que en nuestras dificultades añoremos los momentos que fueron de lo mejor y que quisieramos actualizar y repetir, aún sabiendo que son irrepetibles.

Quedarse en el pasado es como querer avanzar por el camino de la vida con una gran roca atada a la cintura. Me viene a la mente la escena en que Rodrigo Mendoza (Robert de Niro), -un traficante de Indios y asesino de su hermano- que quiere subir las cascadas del Iguazú cargando toda su armadura consigo hasta que cuando es liberado por el Padre Gabriel (Jeremy Irons), estalla en llanto y encuentra no solo consuelo, sino también perdón de los Guaraníes a quienes cazaba como de sí mismo.

Perdonarse a sí mismo tiene una fuerza liberadora intensa y profunda. Es un momento de sanación que deja huella profunda en el espíritu. Es cuando experimentamos el inmenso amor del Padre que nos recupera y su Misericordia que nos restaura y nos devuelve a la vida.

El perdón no es nada fácil, muchas veces hemos escuchado en el confesional, "no le tengo recor, he perdonado, pero no he olvidado lo que me hizo". "Perdonar y olvidar no es lo mismo", nos dicen. somos tan aferrados a nosotros mismos que nos olvidamos de la fe y las enseñanzas de Jesucristo. Pablo nos recuerda que: "Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos". Si amamos, por Él amamos, si odiamos a Él odiamos.
Mientras no olvidemos los agravios  no podremos perdonar debidamente ni tampoco podremos experimentar el poder sanador del Perdón.

Si sólo quisiéramos olvidar, el perdón sería más fácil. El Eclesiastés nos recuerda que "Cosas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo, el pecador se aferra a ellas". Y esa actitud de pecado nos hace débiles, frágiles, infelices. Muchas veces preferimos aferrarnos a nuestras heridas en vez de avanzar. Ya las conocemos, de algún modo ya las queremos y cuando no están es como si nos faltara algo. Las cicatrices de viejas heridas nos hacen muchas veces dependientes de ellas, es como si tuvieran vida propia, ajena a nuestra voluntad, y se niegan a sanar.

Si dejamos que nuestro recuerdos negativos nos siga atrapando cada vez que recordamos el rechazo, el insulto, el olvido, la lesión, el daño, nuestro resentimiento vuelve a brotar, como si fuera ayer y nunca se irá.

Cuanto más cerca estamos de alguien a quien amamos, más profundo es el dolor, pero también más exquisita es la reconciliación con esa persona cuando nos abrimos al perdón. Hay que prestarnos atención, hay que restablecer la comunicación, hay que socializar si queremos ser vida para otros.

A veces pensamos que sólo podemos perdonar a los extraños, pero sucede que toda nuestra vida está llena de amistades quebradas, y muchas veces somos nosotros quienes las quebramos. Si queremos restaurarlas, escuchemos a Cristo que nos dice, Perdona siempre, ama siempre, muestra a Dios en tu vida siempre. Es la respuesta que le da Jesús a Pedro cuando le dice: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete".
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Lecturas Bíblicas en Lenguaje Latinoamericano, Semana 24 - TOA
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Primera lectura: Ec (Sir) 27, 33–28, 9
Cosas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo, el pecador se aferra a ellas.
El Señor se vengará del vengativo y llevará rigurosa cuenta de sus pecados.

Perdona la ofensa a tu prójimo, y así, cuando pidas perdón, se te perdonarán tus pecados.
Si un hombre le guarda rencor a otro, ¿le puede acaso pedir la salud al Señor?

El que no tiene compasión de un semejante, ¿cómo pide perdón de sus pecados?
Cuando el hombre que guarda rencor pide a Dios el perdón de sus pecados,
¿hallará quien interceda por él?

Piensa en tu fin y deja de odiar, piensa en la corrupción del sepulcro y guarda los mandamientos. Ten presentes los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo. Recuerda la alianza del Altísimo y pasa por alto las ofensas.
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Salmo Responsorial: Salmo 102, 1-2. 3-4. 9-10. 11-12 R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, al Señor, alma mía; que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice, al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades;
él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor no nos condena para siempre, ni nos guarda rencor perpetuo.
No nos trata como merecen nuestras culpas,
ni nos paga según nuestros pecados.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia;
como un padre es compasivo con sus hijos,
así es compasivo el Señor con quien lo ama.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
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Segunda lectura: Rom 14, 7-9
Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo,
ni muere para sí mismo.
Si vivimos, para el Señor vivimos;
y si morimos, para el Señor morimos.
Por lo tanto,
ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor.
Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos.
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Aclamación antes del Evangelio: Jn 13, 34
R.
 Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor:
que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
R. Aleluya.
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Evangelio: Mt 18, 21-35
En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó:
"Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?" Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete".

Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos talentos.
Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él,
a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda.
El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo:
'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'.
El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.

Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.

Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?' Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.
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