domingo, 23 de julio de 2023

TOA - 15vo. Domingo - La gloria que se nos revelará: Mt 13, 1-9

Escuchamos siempre sobre cómo la lluvia y la nieve, cae del cielo y empapa la tierra, se elevan hacia el cielo como plantas, flores y árboles.
La inspiración divina es la lluvia y la nieve, nuestras vidas inspiradas son las plantas florecientes.

Esta imagen concluye la gran sección de Isaías 40-55, una de las publicaciones más sublimes del Antiguo Testamento.
Él tiene una gran esperanza para el futuro de la humanidad.

Cuando San Pablo explica los grandes regalos y privilegios que nos trae la gracia, dice también que recibimos el espíritu de adopción, se nos da el espíritu de herederos y coherederos con Cristo.

Reaviva nuestra esperanza cuando dice: "si sufrimos con él, seremos glorificados con él".

En la segunda lectura, se nos dice que con Cristo, todo habrá valido la pena. "Creo que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos será revelada". Por el don y las acciones del Espíritu que renueva a los seres humanos de adentro hacia afuera, Dios nos regala, nos da nuestros cuerpos resucitados, y entonces nos hacemos semejantes a Cristo. Él será el primogénito, el hermano mayor de la familia, y todos seremos su imagen.

¿Pero es eso todo lo que Dios quiere hacer en el mundo: poner una humanidad perfeccionada en una creación arruinada? Si es así, habría un choque constante entre la humanidad restaurada y la creación sin restaurar. Entonces, nuestro Creador ha puesto su corazón no solo en esta maravillosa renovación de la humanidad rebelde, sino en toda la creación.

Cuando Pablo dice "Creo", comparte su conclusión sobria y reflexiva. No es un pensamiento transitorio y caprichoso de un momento de fervor emocional elevado. Es su juicio sobrio y reflexivo: "Que los sufrimientos de la actualidad [que los creyentes deben soportar en unión con Cristo] no son dignos de ser comparados con la gloria que nos será revelada". Nuestros sufrimientos actuales palidecerán a la luz de la gloria que será nuestra.

Al tratar de describir esa gloria, el enfoque de Paul cambia. Toda la creación contribuye a nuestro elevamiento y perfeccionamiento espiritual. "Porque la sincera expectativa de la creación espera la revelación de los hijos de Dios". Los hijos de Dios serán mostrados como  realmente son: creaturas preciosas de Dios, para reflejar perfectamente la semejanza a Cristo pero con espíritus perfeccionados y cuerpos resucitados y glorificados que compartirán la vida misma de la gloria de nuestro Señor.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Lecturas Bíbicas en Lenguaje Latinoamericano, 15vo Domingo TOA
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Primera lectura: Is 55, 10-11
Esto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer,
así será la palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Salmo Responsorial: Salmo 64, 10abcd. 10e-11. 12-13. 14 (Lc 8,8)
Señor, tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza.
Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias.
R. Señor, danos siempre de tu agua.

Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los terrones,
reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos.
R. Señor, danos siempre de tu agua.

Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia,
están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas.
R. Señor, danos siempre de tu agua.

Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan.
Todo aclama al Señor. Todo le canta.
R. Señor, danos siempre de tu agua.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Segunda lectura: Rom 8, 18-23
Hermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida
no se pueden comparar con la gloria que un día se manifestará en nosotros;
porque toda la creación espera, con seguridad e impaciencia,
la revelación de esa gloria de los hijos de Dios.

La creación está ahora sometida al desorden,
no por su querer, sino por voluntad de aquel que la sometió.
Pero dándole al mismo tiempo esta esperanza:
que también ella misma, va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción,
para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto;
y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu,
gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios,
la redención de nuestro cuerpo.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo;
todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre.
R. Aleluya.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Evangelio: Mt 13, 1-23
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba
y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente,
que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó,
mientras la gente permanecía en la orilla.

Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:
“Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, 
unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; 
pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena 
y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. 
El que tenga oídos, que oiga.”

Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?”
Él les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no.
Al que tiene, se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará.
Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.

En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice:
Oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; 
porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, 
con el fin de no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. 
Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.

Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen.
Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron
y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.

Escuchen, pues, ustedes lo que significa la parábola del sembrador.

A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón.
Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.

Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría;
pero, como es inconstante, no la deja echar raíces,
y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.

Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra,
pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto.

En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra,
la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta’’.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
O bien: Mt 13, 1-9
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba
y se sentó a la orilla del mar.
Se reunió en torno suyo tanta gente,
que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó,
mientras la gente permanecía en la orilla.

Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:
“Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, 
unos granos cayeron a lo largo del camino;
vinieron los pájaros y se los comieron. 
Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; 
ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; 
pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron,
y como no tenían raíces, se secaron. 
Otros cayeron entre espinos,
y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. 
Otros granos cayeron en tierra buena 
y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. 
El que tenga oídos, que oiga”.
_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

No hay comentarios.:

Publicar un comentario