sábado, 26 de agosto de 2023

TOA - 25vo. Domingo - La Imagen completa de Dios - Mt 20, 1-16

Is 55, 6-9: Mis planes no son sus planes
Salmo responsorial 144: Cerca está el Señor de los que lo invocan
Fil 1, 20c-24.27ª: Para mí la vida es Cristo
Mt 20, 1-16: ¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?

El núcleo de la parábola del Evangelio de hoy está precedido en la palabra de Dios a Isaías: "Mis pensamientos no son sus pensamientos."

Por mucho que podamos, es imposible justificar el pago de los trabajadores en la viña en términos sociales ordinarios. No se puede decir que sea justo. Sí, es verdad que el dueño de la viña es generoso con los últimos, pero nos preguntamos ¿por qué nó con los otros?

La respuesta es que, cuando encontramos la felicidad gracias a nuestra relación con Dios, simplemente que no hay recuento de los desiertos que tuvimos que atravezar. En tiempos de nuestro Señor, el judaísmo había alcanzado un estado legalista, y la mentalidad era predominante que la salvación podía y debía ser ganada, habían muchos mandamientos que debían cumplirse. La gente se dividía en dos clases: los justos que estaban en el camino de la salvación cumpliendo los mandamientos, y los injustos, desterrados despreciados por los que guardaban la ley.

Fue esta concepción invierte y ganarás el favor de Dios a la que Jesús se opuso: Jesús puso su énfasis en el amor, porque en el amor no hay cuanto haces o produces sino cuanto das, no hay derechos rígidos ni obligaciones que otros no cumplen; sólo hay donación abierta, sin contar el costo, y también una recepción agradecida. Nunca pensemos que hemos ganado nuestra salvación, o algo de Dios, sólo podemos pararnos suplicante ante él.

Debemos sí darnos cuenta que tenemos mucho que agradecerle.
En lugar de pensar en todas las cosas que salieron mal o en cualquier factor negativo, miremos y veamos cómo hemos sido verdaderamente bendecidos en nuestras vida.

Externemos y vocalicemos nuestras bendiciones. Vivamos cada uno de nuestros días en el espíritu de gratitud por la vida que hemos vivido y el camino que hemos recorrido y que Jesús lo ha hecho a nuestro lado.

Cuando nombramos y escribimos las cosas buenas que hemos recibido y hoy disfrutamos, abrimos nuestros ojos más y más a la verdad de las cosas buenas que Dios ha puesto en mi vida.

Eso deben haber sentido los últimos trabajadores en el viñedo, ellos han ganado lo que el dueño les dió en su generosidad. El error de sus compañeros envidiosos es pensar que pueden ser merecedores y dueños de la bondad del dueño de la viña.

Los cristianos devotos pueden encontrar difícil aceptar y de tragar el hecho de que un penitente en lecho de muerte pueda ser admitido en el reino de los Cielos más fácil que aquellos que han luchado y han sufrido toda su vida por lo que es correcto.

Esto presupone una actitud comercial o contable de recompensa y castigos de Dios, y se olvidan de la naturaleza del amor, del cual Dios es el Dueño absoluto.

La relación correcta del creyente con Dios es una de amor personal, y ésa  es su propia recompensa, pues esa relación trae su propia felicidad también en esta vida. Cuanto mayor es la lucha, un cristiano se vuelve a Dios con mayor razón y encuentra consuelo en la seguridad de su amor.

Por otra parte, la fidelidad a través la lo largo de la vida, tiene también su ventaja, sobre aquellos que lo hacen al último momento, porque la relación de amor se ha profundizado a lo largo de los años de su vida cristiana en su Iglesia Católica donde ha seguido fielmente a Cristo. Este creyente ha adquirido más capacidad para el pleno disfrute de la compañía de Dios que uno que llega a conocer a Dios sólo en el último momento de su vida.

Aquí no es cuestión de que Dios dé una mayor o menor recompensa, sino de que la persona sea más capaz de recibir lo que él le da. Pablo da un ejemplo brillante de esta profunda y gratificante relación con Jesucristo. Cuando escribe desde una celda de prisión estrecha, parece lleno de la alegría porque está con Cristo. Su vida ya está unida a la vida de Cristo, y anhela la realización de su unión final.

La parábola de los trabajadores del viñedo no es un modelo de cómo deberían ser las relaciones laborales, sino que ilustra la enseñanza de Jesús sobre la imagen completa de Dios: generoso con su gracia y su misericordia. Como dice el Papa Francisco con elocuencia en "El gozo del Evangelio" (§ 114): "La Iglesia debe ser un lugar de misericordia libremente dado, donde todos puedan sentirse acogidos, amados, perdonados y animados a vivir la buena vida del Evangelio".
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Lecturas Bíblicas en Lenguaje Latinoamericano, Domingo 25, - TOA
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Primera lectura: Is 55, 6-9 
Vayan al Señor en oración; 
porque nunca ignora la oración de los humildes
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar,
invóquenlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino,
y el criminal sus planes;
que regrese al Señor,
y él tendrá piedad;
a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes,
sus caminos no son mis caminos, dice el Señor.
Porque así como aventajan los cielos a la tierra,
así aventajan mis caminos a los de ustedes
y mis pensamientos a sus pensamientos''.
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Salmo Responsorial: Salmo 144, 2-3. 8-9. 17-18 / R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.
Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable.
R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar.
Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.
R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras.
No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.
R. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
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Segunda lectura: Fil 1, 20-24. 27 Aunque Pablo anhela llegar al cielo, vivirá esta vida mortal mientras Dios lo quiera
Hermanos: Ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte, Cristo será glorificado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar todavía con fruto, no sabría yo qué elegir.

Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes. Por lo que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.
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Aclamación antes del Evangelio: Hechos 16, 14
R.
 Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
R. Aleluya.
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Evangelio: Mt 20, 1-16 "Como a los obreros de la viña; Dios acoge a todos en su reino"
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que estaban en la plaza y les dijo: '¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?' Ellos le respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Él les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.

Al atardecer, el dueño de la viña dijo a su administrador: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: 'Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor'.

Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?'

De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos''.
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Reflexion II

Isaías nos recuerda que Dios es la fuente máxima del conocimiento espiritual y nos manda
a buscarle sin demora, para hallar la felicidad duradera antes que nuestro tiempo sea muy tarde.

Isaías esboza la doctrina del arrepentimiento: El perdón y la misericordia del Señor
se actualizan cada vez que el pecador se arrepiente, cuando abandona los malos pensamientos,
corrige sus malas acciones y camina los caminos de Yahvé y acepta su plan de salvación.

El camino del malvado se opone a los caminos del Señor. Los pensamientos y los caminos del Señor
son más altos que los del hombre mundano y para éste son incomprensibles.

Yahvé es Clemente y misericordioso y siempre está dispuesto al perdón,
sus planes son consuelo para su pueblo desterrado, y aunque el pueblo es infiel a la alianza,
Dios permanece siempre fiel, Yahvé no abandona a su pueblo.

Pablo, prisionero por Cristo, presiente que sus días ya llegan a su fin y plantea a los Filipenses una seria disyuntiva: o va a morir para estar con Cristo o se queda con ellos y les ayuda en sus dificultades. Perseguido, calumniado, encarcelado, azotado y despreciado vivió en su carne la pasión de su Señor.

Fiel a su predicación y su esfuerzo por vivir el evangelio de Jesús, sabe que tanto su vida como su muerte están en función de Cristo, que debe correr la misma suerte que su maestro para participar de la gloria de la resurrección. Si vive es para seguir anunciando el evangelio, si muere es para entrar en la plena comunión de los justificados por El. Confía y cree que todo va a estar bien, a pesar de la fragilidad de la comunidad donde el ambiente cultural y religioso de las colonias del Imperio amenaza fuertemente su fe.

El modo de actuar de Dios contrario a nuestra mentalidad utilitarista se refleja en la parábola de los trabajadores descontentos con la paga. La parábola responde a la controversia de Jesús con las autoridades judías que cuestionan su relación con personas de dudosa reputación como publicanos, pecadores, enfermos, niños, paganos y mujeres; "esos" considerados impuros y excluidos del círculo de santidad. En la comunidad Mateana se vive el conflicto entre los judeo cristianos y paganos cristianos que forman la misma comunidad. No era posible que los recién conversos tengan el mismo trato que los que han pertenecido desde tiempos antiguos al pueblo elegido. El encuentro entre judaísmo y cristianismo en una misma comunidad fue complicado. Eso lo vemos también en otros escritos del nuevo testamento.

En la parábola, el propietario representa a los terratenientes que con trampas económicas quitaron las tierras a los campesinos. Los desocupados lo habían perdido todo y se alquilaban por cualquier cosa para vivir. Había trabajadores fijos a quienes el propietario siempre los contrataba, y finalmente estaban los que aparecían a última hora. La clave de la parábola no es la actitud equitativa del patrón, que podía pagar como quisiera. Lo que llama la atención es que haya preferido a los que no eran sus trabajadores (los de la última hora) sobre los que sí lo eran (los de la primera hora).

En tiempos de Jesús y de las primeras comunidades, el sistema religioso centraba sus prácticas en el mérito y la paga. La salvación era parte de un mercado de compra y venta. Jesús cuestiona esta mentalidad tan dañina para el pueblo. La salvación es don gratuito de Dios, y la gracia es producto del amor misericordioso. Dios no usa nuestros esquemas interesados y lucrativos, para Dios, los primeros y los últimos son objeto de su inmenso amor y misericordia que supera nuestro espíritu de competencia y codicia, de complejo de superioridad que no tiene ninguna justificación.

La gracia y la misericordia de Dios se oponen a la mentalidad religiosa de la teología del mérito de los religiosos Judíos. Jesús trae y predica la teología de la gracia donde la salvación no se alcanza solo por méritos propios sino por la misericordia de Dios que nos la concede a pesar de no merecerla. Aceptar en profundidad el mensaje evangélico de que «los primeros serán los últimos», exige un cambio de mentalidad a fondo. Hay que incluir el pluralismo religioso y el diálogo intercultural como esos grandes desafíos que descubrimos cuando nos abrimos a la «gratuidad de Dios» que la parábola del evangelio de hoy vuelve a poner delante.
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Lecturas en Lenguaje Latinoamericano - 25º Domingo, TOA – San Mateo, apóstol y evangelista
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Isaías 55,6-9: Mis planes no son sus planes
Busquen al Señor mientras se le encuentra, invóquenlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos -oráculo del Señor-.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los suyos, mis planes, que sus planes.

Salmo responsorial 144: R:/ Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza.
R:/ Cerca está el Señor de los que lo invocan.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas.
R:/ Cerca está el Señor de los que lo invocan.

El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
R:/ Cerca está el Señor de los que lo invocan.
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Filipenses 1, 20c-24.27ª. Para mí la vida es Cristo
Hermanos: Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte.
Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir.
Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo,
que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para ustedes.
Lo importante es que ustedes lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.
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Mateo 20,1-16. ¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña.
Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
"Vayan también ustedes a mi viña, y les pagaré lo debido.
" Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.

Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados,
y les dijo: "¿Cómo es que están aquí el día entero sin trabajar?"
Le respondieron: "Nadie nos ha contratado."
Él les dijo: "Vayan también ustedes a mi viña." 

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." 
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.

Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más,
pero ellos también recibieron un denario cada uno.

Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora,
y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno."

Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia.
¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti.
¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos?
¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?"

Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos."
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Oremos:
Dios, Padre nuestro, que has puesto la plenitud de la Ley en el Amor a Ti y al prójimo;
concédenos conocer, amar y cumplir tu voluntad para que tu Reino esté más presente cada día.
Ayúdanos a hacer de Él una palpable realidad en medio de nuestro mundo. Por Jesucristo. 
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