domingo, 1 de octubre de 2023

TOA - 28vo. Domingo - Las bodas del Reino - Mt 22, 1-14

TOA, Lecturas en lenguaje Latinoamericano, 28º Domingo / Mt 22, 1-14

Isaías 25, 6-10a: El Señor preparará un festín, y enjugará las lágrimas de todos los rostros
Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos,
en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera;
manjares enjundiosos, vinos generosos.

Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos,
el paño que tapa a todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país.
-Lo ha dicho el Señor-. Aquel día se dirá: "Aquí está nuestro Dios,
de quien esperábamos que nos salvara;
celebremos y gocemos con su salvación.
La mano del Señor se posará sobre este monte."
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Salmo responsorial 22: Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
R./ Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo,
porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
R./ Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
R./ Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
R./ Habitaré en la casa del Señor por años sin término.
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Filipenses 4, 12-14. 19-20. Todo lo puedo en aquel que me conforta.

Hermanos:
Sé vivir en pobreza y abundancia.
Estoy entrenado para todo y en todo:
la hartura y el hambre, la abundancia y la privación.
Todo lo puedo en aquel que me conforta.

En todo caso, hicieron bien en compartir mi tribulación.
En pago,
mi Dios proveerá a todas sus necesidades con magnificencia,
conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús.
A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Mateo 22, 1-14. A todos los que encuentren, convídenlos a la boda

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas
a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
"El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo.
Mandó criados para que avisaran a los invitados a la boda, pero no quisieron ir.
Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran:
"Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Vengan a la boda."
Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios;
los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos
y prendieron fuego a la ciudad.

Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los invitados no se la merecían.
Vayan ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encuentren, invítenlos a la boda."
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos.
La sala del banquete se llenó de comensales.
[Cuando el rey entró a saludar a los comensales,
reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:
"Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?"
El otro no abrió la boca.
Entonces el rey dijo a los camareros: "Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes."
"Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos."]
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Reflexión para el 28º Domingo de tiempo ordinario, Ciclo A

Is 25, 6-10ª: El Señor preparará un festín, y enjugará las lágrimas de todos los rostros
Salmo responsorial 22: Habitaré en la casa del Señor por años sin término
Flp 4, 12-14.19-20: Todo lo puedo en aquel que me conforta
Mt 22, 1-14: A todos los que encuentren, invítenlos a la boda
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Isaías canta con delicia la bondad, el cuidado y la protección de Yahvé.
Éstas cualidades se vuelven a tocar en el Salmo responsorial
como en la carta de Pablo a los cristianos de Filipos.
El Salmo muestra a Yahvé como pastor y anfitrión,
quién confía en Él lo siente a su lado, en el camino y en el descanso.
Pablo asegura a los cristianos de Filipo que Dios caminó a su lado toda su vida.
Esa seguridad quiere compartirla con los cristianos de la comunidad.

En el evangelio, Jesús muestra a un Dios universal, abierto,
que deja de ser exclusivo de los judíos. Mateo divide este pasaje en dos partes.
En la primera, al describir las acciones de un rey que quiere celebrar la boda de su hijo presenta el Reino de Dios. Los símbolos de autoridad asentados en Jerusalén,
giran ahora en torno a la autoridad de Jesús.

Para celebrar la boda de su hijo, el rey envía en dos oportunidades a sus “sirvientes”. Les manda notificar a los que ha invitado con anterioridad que el banquete está listo. Vengan, gocen, alégrense conmigo. En vez de eso, ellos reaccionan con desdén, indiferencia, desgano y gran violencia. Ante estas maldades, el Rey les retribuye con acciones similares. Los “siervos” simbolizan a los Profetas.

Ante esta negativa, el rey ordena a los siervos abrir la invitación a gente del “extremo de la calle” que eran tenida como falta de clase o comportamiento ético, aislados del goce de las clases altas, eran “malos y buenos”. Ellos sí responden con prontitud y gozo y la sala se llena de invitados. Es una llamada universal que borra todas las diferencias humanas y que reúne a todos en un mismo banquete gozoso. Con esto compara Jesús la voluntad salvífica sin límites de su Padre que aprovecha la hostilidad de los orgullosos para manifestarse.

La segunda parte abarca los vv. 11-14 y trae un cambio brusco de perspectiva.
Mateo toma el caso particular de los invitados al banquete y subraya la reacción de uno de los comensales. Esta parte comienza con la entrada del rey a la sala del banquete. Su entrada señala el juicio a cada uno de los invitados.

El estar adentro no da derecho automático a permanecer.
El invitado a participar del banquete debe aceptar el “vestido de fiesta”, en este caso, el don de la fe.
Este vestido es el que le falta a uno de los presentes, que aunque también invitado, no ha aceptado el ropaje adecuado,
“yo vengo como quiero, yo soy lo que soy”, no ha respondido con alegría al compromiso que acompaña a la llamada.

Su silencio ante la pregunta del rey, señala que no quiso ir por afecto al rey lo que hace ineficaz la llamada y motiva la condena del rey en un juicio instantáneo y decisivo que lo lanza a las tinieblas exteriores, donde hay llanto y rechinar de dientes. La tristeza de Yahvé ante Israel por haber rechazado la invitación se compara con la de los miembros de nuestras comunidades eclesiales que no son capaces de cumplir las exigencias de la fiesta. Los que no aceptan el amor de Dios, incapaces de producir fruto coherente con su confesión de fe, tiene el mismo destino que el que no responde.

Esta segunda parte es un llamado concreto a cada uno de los integrantes de la comunidad a tomar en serio la invitación que ya aceptaron con anterioridad. Los que responden y cumplen serán menos en número que los llamados. A Jesús no le importa el número sino la seriedad con que se debe tomar la decisión frente al Reino. Dios invita a todos a asistir al banquete de la fiesta de su Reino. El banquete del Reino es un don gratuito de Dios pero exige que cada invitado acepte su invitación de manera libre y generosa; que lleve una vida coherente con el significado de la invitación. Sólo con esas dos actitudes se puede conservar la gracia divina que aunque ilimitada nunca oprime ni reprime la libertad humana.
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Oración
Dios, Padre nuestro:
Te pedimos que tu gracia y tu luz
nos acompañen siempre,

que ellas nos hagan dispuestos
a obrar en todo momento
con justicia y con amor.

Quédate entre nosotros
y haz que siempre sepamos reconocerte presente
en todas las personas,

sin importar las clases sociales, credos, razas ni culturas.
Por Jesucristo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario