sábado, 9 de diciembre de 2023

TOA - 1er Domingo de Adviento - Preparando la Venida - Mt 24, 37-44

Adviento en latín: adventus Redemptoris, significa 'venida del Redentor' El Adviento es un tiempo de profundo misterio, de expectativa, de espera. Todo comienza con un viaje que aunque obligado lo hacen José y María con esperanza y alegría. Aunque esperaban muchas dificultades se aferran con cariño a la promesa que el Arcángel Gabriel hizo a María. 

Is 2, 1-5 nos recuerda que la promesa de paz y prosperidad es una promesa del Dios de la Vida a todas las naciones, a todas las personas, a todas la raza. Esta promesa requiere de nuestra participación para lograrla, en vez de retraernos y refugiarnos en nuestras comodidades y seguridades. Para los que queremos escuchar al profeta,
hay tanto que hacer y tan poco tiempo para hacerlo.

El Salmo 121 es un canto a las ansias de liberación y de paz de Israel. Es injusto que los perseguidos de ayer sean los perseguidores de ahora. La tierra del señor se ha vuelto en un lugar donde se planean masacres, asesisinatos, bombardeos y limpieza étnica.

No habrá paz en Israel hasta que ellos mismos dejen de ejercer violencia sobre su propia raza.

En Rom 13, 11-14, Pablo advertía a los Cristianos de Roma sobre la necesidad de estar preparado.
Les decía que la venida del Mesías era y es siempre inminente, que está a la vuelta de cualquiera de nuestras esquinas,
al alcance de nuestras vidas. Por eso, debemos revestir nuestras vidas con lo mejor que tenemos y somos.

En el Evangelio de Mateo 24, El Señor Jesús nos llama a estar preparados, vigilantes y listos.
Todo esto sin dejar de ser amables, acogedores, solidarios y comprensivos con los otros.
La espera no debe llevarnos al desinterés para con la vida de los otros sino debe sumergirnos en sus vidas,
en sus penas alegrías, temores y gozos.  

Este primer domingo de Adviento hagamos una pausa y reflexionemos.
Sabemos poco del evento real esa noche en Belén, pero lo suficiente como para saber que fue una ocasión de gran importancia.
El Niño del establo crecería hasta la madurez, ese niño, es quien murió y resucitó, una señal para su pueblo,
uno que ha sido reverenciado en la fe de los cristianos en los siglos posteriores.

Al decorar nuestros árboles, escribir nuestras tarjetas y envolver nuestros regalos, recordemos el duro viaje emprendido por una mujer joven y embarazada y de su esposo a través de las colinas abiertas de Palestina. El Viaje de José y María es como el de muchos Emigrantes de nuestros días. Son como las historias de familias de refugiados en tránsito que luchan por cuidar a niños pequeños o recién nacidos. Son historias de gente que vive  en las calles de nuestros países. Ellos son un recordatorio constante de la pobreza de nuestra propia sociedad acomodada y la indiferencia de la que el consumismo nos envuelve. 

Ese es el mismo viaje que hacen los Palestinos en su propio suelo, bombardeados y exterminados, sin lugar a donde escapar,
o de los Imigrantes que escapan de la pobreza
y mueren ahogados en un mar de indiferencias.

Que el Adviento nos toque el corazón y espíritu, que nos anime
en el viaje que tenemos que hacer en solidaridad con los otros.

____________________________________________________________________________________________________________________

Lecturas Bíblicas en Lenguaje Latinoamericano - 1er Domingo de Adviento TOA

Primera lectura: Is 2, 1-5
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén:
En días futuros, el monte de la casa del Señor será elevado en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas, y hacia él confluirán todas las naciones.

Acudirán pueblos numerosos, que dirán: “Vengan, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob, para que él nos instruya en sus caminos
y podamos marchar por sus sendas.
Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor”.

Él será el árbitro de las naciones y el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas;
ya no alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra.

¡Casa de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Señor.
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Salmo Responsorial: Salmo 121, 1-2. 4-5. 6-7. 8-9 (1)

¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”!
Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor,
según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Digan de todo corazón: “Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman,
que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada casa.”
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz esté contigo”.
Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Segunda lectura: Rom 13, 11-14a
Hermanos: Tomen en cuenta el momento en que vivimos. Ya es hora de que se despierten del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas de la luz.

Comportémonos honestamente, como se hace en pleno día. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de pleitos ni envidias. Revístanse más bien, de nuestro Señor Jesucristo y que el cuidado de su cuerpo no dé ocasión a los malos deseos.
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Aclamación antes del Evangelio: Sal 84, 8
R. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
R. Aleluya.

________________________________________________________________________________________________

Evangelio: Mt 24, 37-44
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
“Así como sucedió en tiempos de Noé,
así también sucederá cuando venga el Hijo del hombre.
Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba,
hasta el día en que Noé entró en el arca. 
Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos. 

Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. 
Entonces, de dos hombres que estén en el campo, 
uno será llevado y el otro será dejado; 
de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, 
una será tomada y la otra dejada.

Velen, pues, y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. 

Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, 
estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. 

También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


lunes, 20 de noviembre de 2023

TOA - 34vo. Domingo - Cristo, Rey del Universo / Más de lo imaginable - Mt. 25, 31-46

Leamos

Primera Lectura: Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-12. 15-17
A ustedes, mis ovejas, voy a juzgar entre oveja y oveja
Salmo responsorial: 22, 1-2a. 2b-3. 5-6 (R.: 1)
S. El Señor es mi pastor, nada me falta.
Segunda Lectura: De la 1ra. carta del apóstol san Pablo a los Corintios: 15, 20-26. 28. 
Devolverá a Dios Padre su reino, y así Dios lo será todo para todos
Eangelio: Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-46
Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros. 
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Primera Lectura: Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-12. 15-17
A ustedes, mis ovejas, voy a juzgar entre oveja y oveja

Así dice el Señor Dios:
«Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro.

Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan,
así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré,
sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron 
un día de oscuridad y nubarrones.
Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear -oráculo del Señor Dios-.

Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas;
vendaré a las heridas; curaré a las enfermas:
a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido.
Y a ustedes, mis ovejas, así dice el Señor:
Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío».
Palabra de Dios.
______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Salmo responsorial: 22, 1-2a. 2b-3. 5-6 (R.: 1) 
S. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar.
S. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
S. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
S. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
S. El Señor es mi pastor, nada me falta.
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Segunda Lectura: Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 
15, 20-26. 28. 
Devolverá a Dios Padre su reino, y así Dios lo será todo para todos
Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.
Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección.
Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida.

Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia;
después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos,
cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino,
una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza.

Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies.
El último enemigo aniquilado será la muerte.

Y, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios,
al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos.
Palabra de Dios.
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Aleluya Mc 11, 9b-10ª
Bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
EVANGELIO: Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 31-46
Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre,
 y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria,
y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros,
como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
"Vengan ustedes, benditos de mi Padre; hereden el reino
preparado para ustedes desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber,
fui forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron,
enfermo y me visitaron, en la cárcel y vinieron a verme".

Entonces los justos le contestarán: 
"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos,
o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos,
o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?".

Y el rey les dirá: "les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de éstos,
mis humildes hermanos, conmigo lo hicieron".
Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apártense de mí, malditos,
vayan al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Porque tuve hambre y no me dieron de comer, tuve sed y no me dieron de deber,
fui forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron,
enfermo y en la cárcel y no me visitaron".

Entonces también éstos contestarán:
"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo,
o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?".
Y él replicará: 
"Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con uno de éstos, los humildes,
tampoco lo hicieron conmigo".
Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».

Palabra del Señor. 
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Reflexionemos

¿Alguna vez ha hecho algo por alguien y sólo después descubrió
que hizo mucho más por esa persona de lo que pensaba que cuando lo hizo? 
No siempre somos conscientes del bien que podríamos estar haciendo.
No siempre valoramos lo importantes que son nuestras acciones por los demás
o cuánto significa nuestra presencia para ellos.
En cierto modo, eso puede ser algo bueno, porque puede evitar que nos volvamos demasiado orgullosos o que nos tomemos a nosotros mismos demasiado en serio. 
Puede que pensemos que no sea algo bueno
porque no valoramos algo en nosotros que otros valoran mucho.
Hay veces que dejamos de hacer algo que la gente realmente valoraría porque no somos conscientes de su importancia. Podemos pensar que no estamos haciendo nada particularmente valioso, cuando en realidad podemos estar haciendo algo de valor real.

Hay dos grupos de personas en esta parábola. El primero se sorprendió al descubrir
que lo que habían hecho en la vida era mucho más significativo de lo que creían.
Sólo al final de sus vidas entendieron que sus simples actos ordinarios de bondad y consideración en realidad estaban sirviendo al Señor de Señores y Rey de Reyes. 

Descubrieron que lo que estaban haciendo había una dimensión mucho más profunda de lo que jamás habían sospechado.

Al atender a lo ordinario, en realidad estaban interactuando con lo eterno.
“¿Cuándo te vimos?…” le preguntaron al Hijo del Hombre.
Su respuesta fue: 
les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de éstos,
mis humildes hermanos, conmigo lo hicieron
”. Lo que hicieron de manera práctica resultó tener un significado eterno.
Al tratar con sus vecinos destrozados, problemáticos y desafortunados, en realidad estaban tratando con el Señor del Universo.
Lo que habían estado haciendo era mucho más significativo de lo que jamás hubieran podido soñar
y tuvo consecuencias mucho más allá de lo que se dieron cuenta en ese momento.

Puede resultarnos difícil darnos cuenta de que en nuestras relaciones ordinarias unos con otros,
en un sentido real estamos tratando con el Señor, y eso es especialmente cierto cuando nos enfrentamos a otros
en todo su quebrantamiento y necesidad. Es en los asuntos ordinarios y cotidianos de la vida donde estamos respondiendo al Señor.
El cuidado que alguien brinda a un familiar enfermo es un cuidado brindado al Señor, ya sea que se realice o no.
La bienvenida que damos a un extraño que se siente vulnerable en un ambiente extraño es una bienvenida dada al Señor.
La forma en que nos relacionamos con los prisioneros o ex prisioneros revela cómo nos relacionamos con el Señor.

En la parábola, Jesús no quiere decir: "Fui encarcelado sin una buena razón y me visitaron",
o no dice: "Fui encarcelado por mi testimonio del evangelio y me visitaron".
No, es mucho más simple que eso: "Estuve en prisión", punto.
No se intenta distinguir un prisionero de otro o un crimen de otro.
La forma en que tratamos a nuestros prisioneros,
independientemente de lo que hayan hecho, es un comentario de cómo tratamos al Señor mismo.
Esta lectura del evangelio no alienta la actitud de encerrarlos y tirar la llave.
La forma en que intentamos integrar a los ex prisioneros en nuestra comunidad, nuestra sociedad,
también es una declaración de cómo estamos recibiendo la venida del Señor a nosotros.
Como sociedad, ¿cuántos recursos estamos dedicando a la importante labor de ayudar a los ex presos
a encontrar un papel significativo en nuestra sociedad, para que puedan construir una nueva vida libre de delitos?



domingo, 12 de noviembre de 2023

TOA - 33vo. Domingo - Úsalos o piérdelos - Mt 25, 14-15. 19-21


A primera vista, esta parábola sugiere que el tercer siervo tomó un curso de acción prudente, "Oí que eras un hombre duro, cosechando donde no has sembrado".

Los escribas y fariseos, hacia quienes se dirigía, argumentarían así "Dios exige perfección; la Ley expresa su voluntad; solo una observancia escrupulosa de la Ley ofrece seguridad. "Pero según Jesús, el camino de Dios es diferente: quiere una cosecha abundante, y la salvación viene a aquellos que están dispuestos a arriesgar todo por él. Se da un talento para dar fruto, no para estar en el banco, sin usar. Puede parecer prudente no arriesgar, pero al final no es lo que Dios espera de nosotros.

Sabemos que diferentes personas tienen habilidades muy diferentes. Una persona con un don para escuchar a otros puede no tener la habilidad para ser un buen administrador.

Alguien que es capaz de reparar una fuga o arreglar una lavadora puede no tener habilidad musical. Un maestro efectivo puede ser un mecánico sin esperanza. Aprendemos de la experiencia quién es bueno en qué, y contratamos personas en consecuencia, confiando a las personas tareas en proporción a su capacidad. También aprendemos de la experiencia cuáles son nuestras capacidades y nuestras limitaciones, y tendemos a asumir tareas que nos son posibles y evitamos tareas que no lo son.

El hombre rico en la parábola de hoy sabía las habilidades de cada uno de sus sirvientes. Antes de emprender su viaje, confió su propiedad a cada uno en proporción a su capacidad. Él solo dio tanta responsabilidad a cada uno de ellos como pudieron soportar. El que obtuvo cinco talentos de dinero fue capaz de hacerlo crecer por cinco más; el encargado de dos talentos era capaz de ganar dos más; el que obtuvo un talento podría haber hecho uno más. Los primeros dos sirvientes trabajaron de acuerdo a su habilidad. El tercero no lo hizo, y simplemente devolvió el talento que le habían dado, en lugar de lo que era capaz de obtener. Lo que lo detuvo de trabajar de acuerdo con su capacidad fue el miedo. "Tenía miedo, y me fui y escondí tu talento en el suelo".

Podemos sentir simpatía por el tercer servidor
porque, en el fondo, somos conscientes de cómo
Si el miedo nos detiene, evita que hagamos lo que somos capaces de hacer.

El miedo es una fuerza poderosa en la vida de algunos y de otros.
Puede haber muchas razones para esto. Aquellos que han experimentado
muchas críticas al crecer pueden desarrollar un enfoque temeroso de la vida.
Hay un proverbio irlandés muy familiar,  "Alaben a los jóvenes y ellos crecerán"
Lo contrario es también cierto. "Culpe a los jóvenes y los detienen"
La crítica desleal obstaculiza el crecimiento y nos dificulta alcanzar nuestro potencial. Oculta nuestro talento en el suelo. Allí permanece seguro pero inútil.

Jesús sabía del poder incapacitante del miedo en las vidas de las personas.
Es hermoso cuando le dice a la gente: "No tengan miedo". Cuando Pedro cayó de rodillas y dijo: "Apártate de mí, Señor, porque soy un hombre pecador", Jesús le dijo: "No temas, de ahora en adelante pescarás para la gente ". Cuando el miedo amenazó con detener a Pedro, Jesús lo llamó a una nueva etapa de su vida.

Jesús quiere estar presente para todos, quiere liberarnos de nuestros miedos.
Todos hemos sido invitados por el Señor para servir de los demás.

Si escondo los talentos que el Señor me ha dado, otros se verán privados.
Muchos de nosotros necesitamos un poco de aliento para poner nuestros regalos a disposición de los demás. 

Parte de nuestra vocación cristiana es dar coraje a los demás, alentarlos. Un par de versículos más allá de donde termina la segunda lectura de hoy, Pablo escribe: "Edifíquense unos a otros, como de hecho lo están haciendo". En estos tiempos difíciles para la iglesia, el ministerio de aliento es vital. Ahora no es el momento de esconder las Buenas Nuevas en el suelo por miedo. Más bien, es un momento para animarse unos a otros a compartir este tesoro para que la iglesia se convierta en todo lo que Dios lo llama.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Lecturas Bíblias en Lenguaje Latinoamericano - Semana 33 - TOA 
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Primera lectura: Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31
Dichoso el hombre que encuentra una mujer hacendosa:
Muy superior a las perlas es su valor.

Su marido confía en ella y, con su ayuda, él se enriquecerá;
todos los días de su vida le procurará bienes y no males.

Adquiere lana y lino y los trabaja con sus hábiles manos.

Sabe manejar la rueca y con sus dedos mueve el huso;
abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido.

Son engañosos los encantos y vana la hermosura;
merece alabanza la mujer que teme al Señor.

Es digna de gozar del fruto de sus trabajos y de ser alabada por todos.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Salmo Responsorial: Salmo 127, 1-2. 3. 4-5 /
 
R. Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos:
comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien.
R. Dichoso el que teme al Señor.
Su mujer como vida fecunda, en medio de su casa;
sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa.
R. Dichoso el que teme al Señor.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor:
"Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida".
R. Dichoso el que teme al Señor.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Segunda lectura: 1 Tes 5, 1-6
Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: "¡Qué paz y qué seguridad tenemos!", de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.

Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.

Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Aclamación antes del Evangelio: Jn 15, 4. 5
R.
Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante.
R. Aleluya.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Evangelio: Mt 25, 14-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.

El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, dos talentos me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: 'Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo'.

El señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.

Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación' ".
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

O bien:
Mt 25, 14-15. 19-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.

Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

TOA - 32vo. Domingo - Alerta, viene El Señor - Mt 25, 1-13

En los Evangelios, el banquete de bodas es una imagen regular de la vida eterna. Hablamos de lo desconocido en términos de lo que conocemos. Este banquete resalta la vida eterna como ese estado en el que se satisfarán el hambre y la sed más profunda en nuestras vidas, especialmente nuestra sed de amor, para Dios que es amor, como dice el Salmo Responsorial "Oh Dios, para ti mi alma está sedienta".

Pablo también habla de la vida más allá de la muerte, de ese momento en que Dios atraerá a los que han muerto y luego se quedarán para siempre con El Señor. La vida eterna significará entrar en una nueva y más completa relación con Dios y con toda la creación.
Cuando Dios nos llame, ¿estaremos listos?
La vida después de la muerte es el regalo de Dios para nosotros.
Pero, un regalo puede ser rechazado o aceptado.
Estaremos listos para este último regalo,
si durante la vida hemos aprendido a recibir los dones de Dios. 
Nuestras actitudes diarias, cotidianas,
ayudan a preparar nuestra respuesta en el momento de la muerte. 

La parábola advierte que uno puede ser excluido del banquete de la vida eterna.
Solo aquellos que estaban listos entraron con el novio a la boda.
El evangelio de hoy concluye con un llamado a "mantenerse despierto". 
Una forma importante en la que permanecemos despiertos a Dios es mediante la oración. 
En la oración, buscamos al Señor, lo deseamos, lo cuidamos y pensamos en él. 
Orar es ser como un niño, totalmente receptivo a la presencia de Dios dentro de nosotros.

La negativa de las vírgenes prudentes a compartir puede parecer egoísta. Pero aquí no se habla  realmente de lámparas y petróleo,
sino de personas y vida. 
De actitudes frente a la invitación a compartir la esperanza.
Hay ciertas cosas que no se pueden pedir prestadas o heredar.

Nuestros padres pueden haber sido las mejores personas del mundo. 
Si es así, es una bendición sin medida. Pero a pesar de todo, no se puede dar por sentado que nos convertiremos automáticamente en hombres y mujeres decentes, similares a ellos. Podemos aprender el uno del otro, inspirarnos unos a otros, pero en último análisis modelamos nuestro propio destino, nos construimos nosotros mismos.
La personalidad no puede ser transferida o prestada.
Debemos construirla para nosotros mismos.
Lo mismo pasa con la fe. Se les recuerda a los padres y otras personas que es su responsabilidad entregar la fe a la generación más joven.

Pero la fe no es como una granja de tierra o un legado. No puede ser heredado por un padre a un niño.
Sí, todo tipo de aliento y buen ejemplo ayuda enormemente, pero al final,
la persona joven a medida que crece hasta la madurez debe aceptar o rechazar la invitación en su propio corazón. Es su propia opción.

La llegada de sus hijos a menudo puede ser un momento decisivo para los padres jóvenes en lo que respecta a la fe. Algunos nunca parecen regresar, pero siempre recuerden que Dios tiene su propia manera de dar la bienvenida a la gente a casa, incluso si se trata de rutas inesperadas y complicadas.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Lecturas Bíblica en Lenguage Latinoamericano - Domingo 32 - TOA
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Primera lectura: Sab 6, 12-16
Radiante e incorruptible es la sabiduría;
con facilidad la contemplan quienes la aman
y ella se deja encontrar por quienes la buscan
y se anticipa a darse a conocer a los que la desean.

El que madruga por ella no se fatigará,
porque la hallará sentada a su puerta.
Darle la primacía en los pensamientos es prudencia consumada;
quien por ella se desvela pronto se verá libre de preocupaciones.

A los que son dignos de ella,
ella misma sale a buscarlos por los caminos;
se les aparece benévola y colabora con ellos en todos sus proyectos.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Salmo Responsorial: Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 7-8R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma.
Señor, todo me ser te añora como el suelo reseco añora el agua.
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.

Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios.
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.

Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos.
De lo mejor saciará mi alma; te alabaré con jubilosos labios.
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Segunda lectura: 1 Tes 4, 13-18
Hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. 
Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que murieron en Jesús, Dios los llevará con él.

Lo que les decimos, como palabra del Señor, es esto: que nosotros, los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no tendremos ninguna ventaja sobre los que ya murieron.

Cuando Dios mande que suenen las trompetas, se oirá la voz de un arcángel y el Señor mismo bajará del cielo. 
Entonces, los que murieron en Cristo resucitarán primero; después nosotros, los que quedemos vivos, seremos arrebatados, juntamente con ellos entre nubes, por el aire, para ir al encuentro del Señor, y así estaremos siempre con él. 
Consuélense, pues, unos a otros con estas palabras.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
O bien:
1 Tes 4, 13-14
Hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. 
Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que mueren en Jesús, Dios los llevará con él.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Aclamación antes del Evangelio: Mt 24, 42. 44
R. Aleluya, aleluya.
Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre.
R. Aleluya.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Evangelio: Mt 25, 1-13
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
"El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras.  Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara.

Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó un grito: '¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!' Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: 'Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando'. 

Las previsoras les contestaron: 'No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo'. Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta.

Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos'. Pero él les respondió: 'Yo les aseguro que no las conozco'.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora''.

lunes, 30 de octubre de 2023

TOA - 31vo. Domingo - Llamados a vivir por amor - Mt 23, 1-12

La denuncia de su tendencia a equiparar la moralidad con la ley
trajo a Jesús muchos conflictos con  los fariseos.
El fariseísmo que él critica
es la creencia de que todo lo que Dios nos pide es guardar la Ley,
haciendo obras de piedad, ayuno, oración y limosna.
Si bien esto es necesario para la vida espiritual, no lo es todo. 

Los fariseos enfatizan las cosas pequeñas
(diezmo de menta, eneldo  que es parecido al anís y el comino)
mientras descuidan los asuntos más esenciales de fe, justicia y misericordia. Ellos ponían tanto celo en esto que se volvieron legalistas. Por eso, los fariseos tendían a ser hipócritas,
un título que Jesús les otorgó con gran acierto y libertad.

La hipocresía es el deseo de esconder de los demás motivos reales o sentimientos,
es aparentar algo que no somos ni hacemos pero queremos que los otros hagan.
Los cristianos devotos con tendencia a juzgar deben antes examinar sus conciencias,
confrontándolas con las verdades evangélicas.
Cuando ejercitamos la disposición de enfrentarnos a nosotros mismos
reconociendo nuestra culpabilidad personal y social nos volvemos un regalo precioso de Dios.

Los predicadores de hoy, debemos recoger el desafío de vivir de acuerdo con lo que decimos que somos, seguidores de Cristo.
Somos, en una sola palabra, llamados a vivir por amor, amor en su sentido más profundo.

La palabra "amor" es muy conocida, pero menos comprendida y practicada. Jesús le da el verdadero significado en su vida, muerte y resurrección. Él no murió y resucitó para evitar o para excusarnos de vivir en persona su experiencia desinteresada, ¡nos invita a replicarla!
Si queremos ser redimidos, si queremos ser sus discípulos, debemos pasar por la muerte para llegar a la resurrección.
¡Debemos practicar lo que predicamos! Debemos hacer lo que decimos y vivir lo que queremos decir.

Margaret, la hija de Tomás Moro, le ruega a su padre
que ya no se oponga al rey Enrique VIII y firme el Acta de Sucesión,
ya que sólo así salvaría su vida y saldría de la cárcel.

Tomás Moro se niega a aceptar algo que él cree que está mal, dice:
"Si viviéramos en un estado donde la virtud nos enriqueciera y fuera rentable, el sentido común nos haría buenos y la avaricia nos haría santos; pero vemos que la ira, la envidia, el orgullo, la pereza, la lujuria
y la estupidez nos benefician mucho más que la humildad, la castidad,
la fortaleza y la justicia, si tengo que elegir ser completamente humano, entonces tal vez debo mantenermes firmes un poco,
incluso a riesgo de ser héroe."

Margaret todavía le suplicaba diciendo: "¿No has hecho ya acaso
todo lo que Dios quizo razonablemente que hagas?"

Su padre le respondió:
"Bueno, finalmente, no es una cuestión de razón;
finalmente es una cuestión de amor".

Este es el amor incondicional del que Cristo habló y practicó. Al final, seremos juzgados solo con ese estándar.
Nuestros esfuerzos por ir por la dirección correcta y darle significado a nuestras vidas tendrán, si somos tocados por el amor de Dios,
se expresarán a través de nuestro amor por nuestros semejantes, ese sí es un valor eterno.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Lecturas Bíblicas en lenguaje Latinoamericano, Domingo 31, Ciclo A

_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Primera lectura: Mal 1, 14–2, 2. 8-10

"Yo soy el rey soberano, dice el Señor de los ejércitos; mi nombre es temible entre las naciones.
Ahora les voy a dar a ustedes, sacerdotes, estas advertencias: Si no me escuchan
y si no se proponen de corazón dar gloria a mi nombre, yo mandaré contra ustedes la maldición".

Esto dice el Señor de los ejércitos:
"Ustedes se han apartado del camino, han hecho tropezar a muchos en la ley;
han anulado la alianza que hice con la tribu sacerdotal de Leví.
Por eso yo los hago despreciables y viles ante todo el pueblo,
pues no han seguido mi camino y han aplicado la ley con parcialidad".

¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?
¿Por qué, pues, nos traicionamos entre hermanos, profanando así la alianza de nuestros padres?
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Salmo Responsorial: Salmo 130, 1.2.3 / R. Señor, consérvame en tu paz.
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos soberbios;
grandezas que superen mis alcances no pretendo.
R. Señor, consérvame en tu paz.

 Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio,
como niño recién amamantado en los brazos maternos.
R. Señor, consérvame en tu paz.
Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel, ahora y siempre.
R. Señor, consérvame en tu paz.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Segunda lectura: 1 Tes 2, 7-9. 13
Hermanos: Cuando estuvimos entre ustedes, los tratamos con la misma ternura
con la que una madre estrecha en su regazo a sus pequeños.
Tan grande es nuestro afecto por ustedes, que hubiéramos querido entregarles, no solamente el Evangelio de Dios,
sino también nuestra propia vida, porque han llegado a sernos sumamente queridos.

Sin duda, hermanos, ustedes se acuerdan de nuestros esfuerzos y fatigas, pues, trabajando de día y de noche,
a fin de no ser una carga para nadie, les hemos predicado el Evangelio de Dios.

Ahora damos gracias a Dios continuamente, porque al recibir ustedes la palabra que les hemos predicado,
la aceptaron, no como palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios,
que sigue actuando en ustedes, los creyentes.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Aclamación antes del Evangelio: Mt 23, 9. 10
R.
Aleluya, aleluya.
Su Maestro es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor.
R. Aleluya.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Evangelio: Mt 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos:
"En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos.
Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra.
Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres,
pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto;
les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas;
les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos.
A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial.
No se dejen llamar 'guías', porque el 'guía' de ustedes es solamente Cristo.
Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado
y el que se humilla será enaltecido".
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Oración para pedir el Buen Humor

Concédeme, Señor, una buena digestión,
y también algo que digerir.

Concédeme la salud del cuerpo,
con el buen humor necesario para mantenerla.

Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar
lo que es bueno y puro, para que no se asuste ante
el pecado, sino que encuentre el modo de poner
las cosas de nuevo en orden.

Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento,
las murmuraciones, los suspiros y los lamentos y no
permitas que sufra excesivamente por ese ser tan
dominante que se llama: YO.

Dame, Señor, el sentido del humor.
Concédeme la gracia de comprender las bromas,
para que conozca en la vida un poco de alegría y
pueda comunicársela a los demás.
Así sea.
Autor: Santo Tomas Moro, mártir, patrón de los políticos.
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Un Santo para hoy: San Martín de Porres
Martín de Porres Velázquez (1579-1639), 
fue un hermano laico de la Orden de los Dominicos. 

Se le conocía por su trabajo en favor de los pobres y en especial por los enfermos. 
Estableció un orfanato y un hospital para niños. 
Se le atribuyen muchos milagros, que incluyen curas instantáneas 
y la capacidad de comunicarse con los animales. 
Fue beatificado en 1837 y canonizado en 1962. 
Es el santo patrón de las personas de raza mixta, 
barberos, posaderos, trabajadores de salud pública 
y trabajadores por la armonía racial. 

Dia de los Fieles Difuntos - La Pérdida y el Enojo con Dios - Jn 6, 37-40

Estar enojado con Dios es algo con lo que muchas personas creyentes,
han luchado con el tiempo.
Cuando algo trágico sucede en nuestras vidas,
le preguntamos a Dios: 
"¿Por qué?" Esa es nuestra reacción natural.

 Lo que realmente preguntamos, sin embargo,
no es tanto 
"¿Por qué, Dios?" sino "¿Por qué a mi, Dios?"

Esta pregunta revela que como creyentes
queremos una vida más fácil; y que Dios nos debe evitar
cualquier tragedia. Cuando no lo hace, nos enojamos con Él.

En segundo lugar,
cuando no entendemos el alcance de la soberanía de Dios,
perdemos la confianza en su capacidad de controlar las circunstancias,
las actitudes de otras personas, y la forma en que eso nos afecta.
Cuando no hace lo que “necesitamos” entonces nos enojamos con Dios.
No confiamos en que es Él el que sabe lo que “necesitamos”.
Cuando no nos complace pensamos que Él ha perdido el control del universo y sobre todo el control de nuestras vidas.

Cuando perdemos la fe en la soberanía de Dios es porque nuestro ser, humano y frágil
está peleando contra nuestra propia frustración y nuestra incapacidad para controlar los acontecimientos.

 Cuando suceden cosas buenas, con mucha frecuencia las atribuimos a nuestros propias capacidades para obtener los logros y el éxito;
pero cuando suceden cosas malas, estamos listos
para culpar rápidamente a Dios, y nos enojamos con él
por no hacernos inmunes a las circunstancias desagradables.

Las tragedias nos abren a la terrible verdad
de que no estamos a cargo de todo.

 Todos pensamos en un momento u otro que podemos
y debemos controlar el resultado de todas las situaciones, 
pero en realidad es Dios quien está a cargo de toda su creación.
Todo lo que pasa viene de Él o es permitido por Él.

 Ni un gorrión, ni un cabello de nuestra cabeza cae al suelo
sin que Dios lo sepa
(Mt 10: 29-31).

Podemos quejarnos, enojarnos y culpar a Dios de todo lo que nos sucede.

Si en verdad confiamos en Él, debemos ofrecerle nuestra amargura y dolor;
reconocer el pecado de orgullo 
al querer imponer nuestra voluntad sobre la suya.

Él nos va a conceder su paz y su fuerza para sobrellevar cualquier situación difícil (1 Cor 10: 13).
Muchos creyentes en Jesucristo dan testimonio de esa realidad.

 Podemos enojarnos con Dios por muchas razones pero tenemos que aceptar en algún momento, que hay cosas que no podemos controlar o incluso entender con nuestras mentes limitadas y finitas. Nuestra comprensión de la soberanía de Dios en todas las circunstancias deben ir acompañados de nuestro entendimiento de esa realidad.

Nuestro dios tiene por nosotros amor, misericordia, cariño, bondad, es paciente, recto, justo y santo.
Esos son sus atributos eternos. Cuando confrontamos nuestras dificultades a la luz de la verdad de la Palabra de Dios,
vemos que nuestro amoroso y santo Dios dispone todas las cosas para nuestro bien
(Rom 8:28),
y que tiene un plan y un propósito perfecto para nosotros y que este no puede ser torcido
(Is 14:24 ; 46: 9-10);
entonces lo entendemos mejor y comenzamos a ver los problemas desde una perspectiva diferente.

Las escrituras también nos ayudan a entender que esta vida nunca es una vida de continua alegría y felicidad,
más bien nos ayuda a decir con Job que: "el hombre nace para la aflicción como las chispas vuelan hacia arriba"
(Job 5: 7),
y que la vida es corta y "lleno de problemas"
(Job 14: 1).

 El que nos acerquemos a Cristo para salvarnos del pecado no significa que se nos garantice una vida libre de problemas. Jesús dijo: "En este mundo tendrán aflicción", y si creemos que él ha "vencido al mundo" (Juan 16:33),
aprenderemos a tener paz interior, a pesar de las tormentas, de la rabia y el enojo que nos rodea
(Juan 14:27)

 Una cosa es cierta: la ira y el enojo duradero son pecado (Gal 5:20; Ef 4: 26-27. 31 Col 3: 8).

El enojo nos perjudica, da entrada al diablo a nuestras vidas. Puede destruir nuestro gozo y paz si no los dejamos ir. Aferrarnos a la ira hace que la amargura y el resentimiento se hagan dueños de nuestros corazones.
Si se lo confesamos al Señor, y luego esperamos su perdón, podemos liberarnos de esos sentimientos hacia Él.
En nuestro dolor, nuestra ira y amargura tenemos que ir con nuestra oración ante el Señor.

 La Biblia nos dice en 2 Samuel 12: 15-23 que David iba ante el trono de la gracia, en nombre de su bebé enfermo, ayuno, lloro y oró por él para que sobreviva. Cuando el bebé murió, David se levantó y adoró al Señor.
Él dijo a sus siervos que sabía dónde estaba su bebé y que algún día estaría con él en la presencia de Dios. David clamó a Dios durante la enfermedad del bebé, pero después se inclinó ante Él en adoración. Eso es un testimonio maravilloso.

 Dios conoce nuestros corazones y es inútil tratar de ocultar lo que realmente sentimos.
Hablar con él sobre nuestro dolor es una de las mejores maneras de manejar ese dolor. Si lo hacemos con humildad, dándole nuestro corazón, Él obrará en nosotros, y en el proceso, nos hará más parecidos a Él.

 

Podemos confiar a Dios en todo?
Podemos confiarle nuestras vidas y las vidas de nuestra seres queridos? Por supuesto que podemos! Nuestro Dios es compasivo, lleno de gracia y de amor, y, como discípulos de Cristo debemos confiar en Él en todas las cosas. Cuando nos ocurran tragedias, hay que confiar en que Dios las puede usar para acercarnos a Él, para fortalecer nuestra fe, para hacernos más maduros e íntegros
(Sal 34:18; Sant 1: 2-4), puede hacernos testimonio reconfortante para otros (2 Cor 1: 3-5).
Eso es más fácil decir que hacer, pero necesitamos rendir cada día nuestra propia voluntad a la suya, conocer sus atributos en la Palabra de Dios.
 

Necesitamos también mucha oración, y luego aplicar lo que aprendemos de nuestra propia situación. Al hacerlo, nuestra fe crecerá y madurará progresivamente. Con práctica, será más fácil confiar en Él y navegar en las tormentas de otra de las tragedias que algún día enfrentaremos. El enojo, la queja y el reclamo son actitudes humanas como lo son el llanto, la tristeza y la pena. Si no sabemos salir de ellos podemos terminar muertos tanto de espíritu como de cuerpo. En nuestras tragedias y dificultades oremos para aprender de esa situación.

Necesitamos tener una relación real con Dios. Si estás enojado, no dudes en decírselo, Él es un Dios grande; Él puede aceptar tu enojo! Sé honesto con lo que sientes. Somos herederos del reino y él entiende este mundo caído en el que estamos, Él también entiende las emociones humanas. Nunca huyas de Él, incluso si está enojado. Sé auténtico y veraz porque Dios no es un ídolo al que hay que pagar con nuestra alabanza; Debes seguir caminando con Él en la fe, confiar en que Él te ayudará a resolver lo que sea que te preocupa. (Jean Goredema)

El enojo permanente con Dios es el resultado de la incapacidad o la falta de voluntad para confiar en Dios que quiere nuestro bien aun cuando no entendemos lo que está haciendo con nosotros o en nuestras vidas. El enojo permanente con Dios es esencialmente decirle a Dios que Él ha hecho algo malo cuando se supone que Él nunca lo hace. En esta vida no se puede hacer todo, menos resolver la muerte física de quien es amado entrañablemente. Recordemos con Rom 14, 23 que nuestros juicios a menudo nos pueden llevar a pecar. En el desierto, los israelitas se quejaron contra Moisés y Dios, esa queja era pecado. Para el creyente, lo que no viene de la fe, nos lleva al pecado. (Lynda Hickman)

¿Nos entiende Dios cuando estamos enojados, frustrados o decepcionados con Él? Sí, Él conoce nuestros corazones y sabe que la vida en este mundo es difícil y dolorosa. ¿Eso nos da derecho a estar enojado permanentemente con Dios? Por supuesto que no. En lugar de enojarnos de ese modo con Dios, debemos entregarle nuestros corazones en la oración y luego confiar en que Él está en control y que Su plan es siempre perfecto.

(c) Traducido y adaptado por Padre Diego de un texto de Shea S. Michael Houdmann "Is it wrong to be angry with God?"

___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos
Se utilizan las lecturas propuestas para los difuntos.

Primera Lectura: 
Sab 3, 1-9
Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento.
Los insensatos pensaban que los justos habían muerto,
que su salida de este mundo era una desgracia
y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz.

La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo,
pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad.
Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa,
pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí.
Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable.

En el día del juicio brillarán los justos
como chispas que se propagan en un cañaveral.
Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos,
y el Señor reinará eternamente sobre ellos.

Los que confían en el Señor comprenderán la verdad
y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado,
porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Salmo Responsorial: Salmo 22, 1-3. 4. 5. 6

R. (1) El Señor es mi pastor, nada me faltará.

El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.
Por ser un Dios fiel a sus promesas,
Me guía por el sendero recto.
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Tú mismo preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume
y llenas mi copa hasta los bordes.
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

Tu bondad y tu misericordia me acompañarán
todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor por años sin término.
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.

___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Segunda Lectura: Rom 5, 5-11
Hermanos: La esperanza no defrauda porque Dios ha infundido su amor en nuestros corazones
por medio del Espíritu Santo, que él mismo nos ha dado.

En efecto, cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado.
Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo,
aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena.
Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores.

Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por él del castigo final.
Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo,
con mucho más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando de la vida de su Hijo.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo,
por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
 
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

O bien: Rom 6, 3-9
Hermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo,
hemos sido incorporados a él en su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte,
para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre,
así también nosotros llevemos una vida nueva.

Porque, si hemos estado íntimamente unidos a él por una muerte semejante a la suya,
también lo estaremos en su resurrección. Sabemos que nuestro hombre viejo fue crucificado con Cristo,
para que el cuerpo del pecado quedara destruido,
a fin de que ya no sirvamos al pecado, pues el que ha muerto queda libre del pecado.

Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él;
pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos,
ya no morirá nunca. La muerte ya no tiene dominio sobre él.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

O bien: Carta a Los Romanos 5, 1- 5

5,1: Pues bien, ahora que hemos sido justificados por la fe, estamos en paz con Dios,
por medio de Jesucristo Señor nuestro. 5,2:
También por él —por la fe— hemos alcanzado la gracia en la que nos encontramos,
y podemos estar orgullosos esperando la gloria de Dios.

5,3:
No sólo eso, sino que además nos gloriamos de nuestras tribulaciones;
porque sabemos que la tribulación produce la paciencia, 5,4:
de la paciencia sale la fe firme
y de la fe firme brota la esperanza. 5,5:
Y la esperanza no quedará defraudada,
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por el don del Espíritu Santo.
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

O Bien: Carta de Santiago 1,2-8: 
1, 2 Hermanos míos, estimen como la mayor felicidad el tener que soportar diversas pruebas.
1,3: Ya saben que, cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a tener paciencia,
1,4: que la paciencia los lleve a le perfección, y así serán hombres completos y auténticos,
sin que les falte nada. 1,5: Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios, y la recibirá,
porque él da a todos generosamente y sin reproches.
1,6: Pero que pida con confianza y sin dudar.
El que duda se parece al oleaje del mar sacudido por el viento.
1,7: No espere ese hombre alcanzar nada del Señor:
1,8: ya que es un hombre dividido, inestable en todos sus caminos. 
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 
Aclamación antes del Evangelio: Mt 25, 34
R. Aleluya, aleluya.
Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor;
tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.
R. Aleluya.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Evangelio: Jn 6, 37-40
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud:
 “Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí;
y al que viene a mí yo no lo echaré fuera,
porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad,
sino la voluntad del que me envió.

Y la voluntad del que me envió
es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado,
sino que lo resucite en el último día.
La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él,
tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día’’.
___________________________________________________________________________________________________________________

*La oración por los muertos pertenece a la más antigua tradición cristiana. Es natural, pues, que el día siguiente a la fiesta de los que han entrado en la intimidad de Dios, nuestra solicitud vaya hacia nuestros hermanos que han muerto en la esperanza de la resurrección que abarca también a "todos aquellos cuya fe sólo conoce el Señor".