domingo, 4 de junio de 2023

TOA - IX Domingo - Fiesta de la Santísima Trinidad -La plenitud del amor -Jn 3, 16-18

Gran parte del debate en el siglo XX se centró
en el pensamiento de tres figuras destacadas,
Charles Darwin, Sigmund Freud y Karl Marx.
La teoría de la evolución de Charles Darwin fue recibida con burla
por las iglesias establecidas, y tuvo que luchar duro por su reconocimiento.
Sigmund Freud abrió el universo de las actitudes inconscientes
y todo lo remitía al pasado de la persona.
Las teorías socialistas de Karl Marx llegaron a dominar la mitad del planeta
e influyeron mucho en la otra mitad.
De los tres, solo Darwin y su teoría de la evolución permanecen intactos.
Lo que pasó en el Bloque del Este ha desacreditado mucho a Marx.
Las teorías Freudianas, hoy son cada vez más criticadas como incompletas.

La Santísima Trinidad, cuya fiesta celebramos hoy,
está fuera del alcance del tiempo
y del entendimiento del razonamiento humano.
Es un misterio de nuestra fe.
Solo podemos hurgar en la oscuridad en busca de destellos de luz.

"Dos es compañía, tres es multitud" es una expresión popular.
El evangelio lo define y describe de otra manera.
Allí, la figura tres simboliza la integridad y la simetría perfecta,
y reaparece en todos los momentos clave de la historia de Cristo.
Su vida misma reflejaba constantemente la Trinidad.
Tres figuras conforman el belén de Belén:
la Sagrada Familia de Jesús, María y José.
Sus primeros visitantes fueron los tres reyes magos.
Más tarde, en el desierto preparándose para comenzar su vida pública, Jesús fue tentado tres veces por el diablo.

Una buena historia debe tener un comienzo, un medio y un final.
Cristo fue un narrador de historias por excelencia
y tres figuras prominentes en sus parábolas.
El hijo pródigo se trata de un padre y sus dos hijos;
el buen samaritano cuenta el comportamiento de tres transeúntes, el sacerdote, el levita y el samaritano;
El sembrador sembró su semilla en tres tipos diferentes de terreno,
produciendo tres niveles diferentes de cosecha.

El final de su vida, como principio, vuelve a tener los tres motivos.
Durante su Pasión, Pedro lo negó tres veces.
En el camino al Calvario, se cayó tres veces.
La escena de la crucifixión tiene tres figuras, Cristo entre dos ladrones.
Antes de su resurrección, pasó tres días en la tumba.

 Dios es amor. Su acción es entrega y donación libre y misericordiosa.
Hay tres personas en la Trinidad, el Padre el Hijo y el Espíritu Santo.
Juntos representan la plenitud del amor.
El Padre ama al Hijo, el Hijo ama al Padre.
El Espíritu Santo es su amor mutuo.
Estamos hechos a imagen de un Dios trino.
Dios el Padre, quien nos creó, su Hijo que nos salvó
y el Espíritu Santo que continúa guiándonos.
Nuestras vidas deberían reflejar la Trinidad.
Siempre debemos ser creativos como el Padre, compasivos como su Hijo
y disponer de nuestros talentos al servicio de otros como el Espíritu Santo.

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Lectura Bíblica en lenguaje Latinoamericano - Solemnidad de la Santísima Trinidad
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Primera lectura: Ex 34, 4b-6. 8-9
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí,
llevando en la mano las dos tablas de piedra, como le había mandado el Señor.
El Señor descendió en una nube y se le hizo presente.

Moisés pronunció entonces el nombre del Señor,
y el Señor, pasando delante de él, proclamó:
"Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel".

 Al instante, Moisés se postró en tierra y lo adoró, diciendo:
"Si de veras he hallado gracia a tus ojos, dígnate venir ahora con nosotros,
aunque este pueblo sea de cabeza dura; perdona nuestras iniquidades y pecados,
y tómanos como cosa tuya".
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Salmo Responsorial: Daniel 3, 52. 53. 54. 55. 56 (52b)

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres:
Bendito tu nombre santo y glorioso.
R. Bendito seas, Señor, para siempre.

Bendito seas en el templo santo y glorioso.
Bendito seas en el trono de tu reino.
R. Bendito seas, Señor, para siempre.

Bendito eres tú, Señor,
que penetras con tu mirada los abismos
y te sientas en un trono rodeado de querubines.
Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo.
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
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Segunda Lectura: 2 Co 13, 11-13
Hermanos: Estén alegres, trabajen por su perfección, anímense mutuamente,
vivan en paz y armonía. Y el Dios del amor y de la paz estará con ustedes.
Salúdense los unos a los otros con el saludo de paz.
Los saludan todos los fieles.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre
y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes.
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Aclamación antes del Evangelio: Cfr. Apoc. 1, 8
R. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá.
R. Aleluya.
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Evangelio: Jn 3, 16-18
"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
para que todo el que crea en él no perezca,
sino que tenga la vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo,
sino para que el mundo se salvara por él.
El que cree en él no será condenado;
pero el que no cree ya está condenado,
por no haber creído en el Hijo único de Dios".


Ga 4, 6
Como son hijos, Dios envió a sus corazones
al Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abbá! Padre.

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